Por LINDSEY TANNER
CHICAGO
Agencia/AP

Talia Pisano apenas tiene 2 años, pero recibe un duro tratamiento debido a un cáncer de riñón que se extendió a su cerebro. También tiene una oportunidad de llegar a tener sus propios hijos algún día.

Para combatir la esterilidad que en ocasiones causa el tratamiento contra el cáncer, algunos hospitales pediátricos prueban una estrategia futurista: extirpar y congelar tejido de ovarios y testículos con la esperanza de que puedan reimplantarse en los pacientes cuando lleguen a la edad adulta y quieran comenzar una familia. Nadie sabe aún si funcionará.

El sistema ha resultado en adultos. Más de 30 bebés han nacido de mujeres a las que se les extirpó y congeló tejido de los ovarios, reimplantado después de que recibieran tratamiento contra el cáncer y otras enfermedades graves. En animales de laboratorio ha funcionado con tejido congelado y después descongelado.

Pero el procedimiento en niños que no han llegado a la pubertad todavía es experimental, y demasiado nuevo como para haberse intentado. Hacer que los óvulos y el esperma inmaduros extraído de los tejidos sea apto para la concepción conlleva desafíos. Pero los investigadores de fertilidad confían en refinar la técnica para cuando crezca la primera generación de niños con tejido congelado.

Familias como la de Talia se aferran a ese optimismo. El pasado abril se extrajo y congeló uno de los ovarios de la pequeña de ojos oscuros, a la que le encantan las princesas y el play dough. La niña recibió tratamiento para el cáncer de riñón el año pasado, pero cuando se extendió, los médicos emprendieron un tratamiento más agresivo que incluye radiación en el cerebro.

«Parecía muy nuevo y bastante increíble que podamos hacer algo como esto y ayudarla más», comentó su madre, Maria Pisano, de Griffith, Indiana.

«Definitivamente nos trajo algo de paz» y aumentó sus esperanzas sobre el futuro de Talia, dijo Pisano.

Los médicos se enfrentan a un delicado equilibrio al plantear la idea de otra intervención médica a familias que han sufrido el golpe de un sombrío diagnóstico y un difícil plan de tratamiento. Las operaciones para extirpar tejidos suelen hacerse cuando el niño está sedado por otro motivo.

«Intentamos ser considerados con el hecho de que su principal preocupación y la nuestra es la sobrevivencia del niño», explicó Erin Rowell, cirujana en el Hospital Infantil Lurie de Chicago, donde recibe tratamiento Talia.

Sin embargo, añadió Rowell, muchas familias están abiertas a hablar sobre salvar la fertilidad de sus hijos.

«A menudo ésa es la única información que les da un atisbo de esperanza, que creemos que sus hijos vivirán los suficiente como para convertirse en adultos y tener su propia familia», dijo.

Un bebé nacido en Bélgica hace creer a los científicos que están en el buen camino. El pequeño nació de una mujer a la que se le extirpo tejido del ovario con 13 años, antes de un agresivo tratamiento para la anemia falciforme. Los médicos creen que tenía signos de pubertad cuando se extirpó el tejido, según un reciente estudio publicado en una revista médica. Diez años más tarde, el tejido se descongeló y se injertaron algunas porciones en el ovario que le quedaba. El pasado mes de noviembre dio a luz tras un embarazo normal.

Se trata de la persona más joven hasta la fecha que ha tenido éxito con este método. Aunque es probable que sus ovarios fueran más maduros que los de las niñas prepúberes, los resultados son «súper emocionantes», dijo a doctora Jill Ginsberg, del Hospital Infantil de Filadelfia, una pionera en este campo.

La ironía del tratamiento del cáncer es que puede salvar vidas al tiempo que destruye la oportunidad de crear otras nuevas. La quimioterapia funciona matando las células que se reproducen deprisa. Esto incluye a las células malignas, pero también los folículos capilares, las células del aparato digestivo, el esperma y los óvulos. La radiación también puede dañar estas células.

El doctor John Lantos, responsable de bioética en el Hospital Infantil Mercy de Kansas City, Missouri, señaló que ofrecer a los niños este procedimiento experimental no presenta problemas éticos «siempre que haya un consentimiento informado y un deseo de hacerlo».

Desde 2005, el hospital de Filadelfia ha preservado tejidos de unas 40 chicas a partir de los 3 años y de hasta 50 chicos, el más joven de 3 meses. Unos pocos murieron, pero la mayoría todavía tienen el tejido conservado, esperando a la ciencia y a la edad adulta.

Las muertes por cáncer entre los niños son poco habituales en niños, ya que en torno al 80% sobrevive, «así que tenemos la suerte de nuestro lado», señaló Ginsberg.

A los 10 años, Michael Richert terminó hace poco su tratamiento para un tumor cerebral. Este año le extirparon tejido testicular en el centro de Filadelfia, después de un trasplante de células madre y antes de comenzar la quimioterapia. Viene de una familia muy numerosa, y en su cama del hospital hablaba sobre jugar a un videojuego de Lego con un hijo futuro, «como hicimos mi papá y yo».

Su madre, Aileen Richert, comentó que aceptar la intervención había sido duro.

«Pero después pensé, si dentro de años, mi hijo se casa y quiere tener hijos, ¿y si le dijera que tuve esta opción y no la tomé por él?», comentó.

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