DAKAR
Agencia DPA

«Estos niños necesitan urgentemente apoyo y una dedicación especial», dijo el responsable regional de Unicef, Manuel Fontaine, tras viajar por los tres países más afectados por el mortal virus.

Más de 6 mil 500 personas se han contagiado con el ébola y más de 3 mil personas han muerto, entre ellas numerosos niños. Muchos huérfanos se sienten «indeseados o dejados solos», señaló Fontaine. Normalmente los parientes se harían cargo, pero a menudo, «el miedo al ébola es mucho más fuerte que los lazos familiares».

Desde agosto pasado, Unicef ha enviado 550 toneladas de ayuda a los países con ébola. El cloro para limpiar agua, jabón, guantes y vestidos de protección y máscaras, así como medicamentos, forman parte de ese cargamento. Los cooperantes han organizado además campañas informativas sobre los peligros de contagio.

En tanto, el ministro de Comercio de Liberia, Axel Addy, pidió hoy en Ginebra celeridad en la lucha contra el ébola. «Nos encontramos en una carrera contra el tiempo», expresó Addy a la prensa en Ginebra. «Apreciamos mucho la ayuda que llega de fuera, pero tiene que llegar más rápido».

Liberia es uno de los países más afectados por la epidemia. Addy señaló que en su país más de 2 mil personas han perdido la vida por el virus. Según la OMS, hasta el viernes en este país habían contabilizadas mil 830 muertes por la enfermedad letal.

Addy señaló además que las repercusiones de la enfermedad se están sintiendo en todos los sectores del país. Las exportaciones de mineral de hierro y látex prácticamente están paralizadas, lo que ha llevado a que muchos trabajadores se queden sin empleo.

Asimismo también corre peligro el suministro de alimentos básicos, que en Liberia se podrían agotar a fines de noviembre. Las negociaciones para nuevas importaciones están resultando difíciles, dijo el Ministro, quien agregó que el transporte se ha convertido en otro problema adicional, pero de las 11 compañías aéreas que viajaban al país, ahora tan sólo dos aterrizan en Monrovia.

En Ghana, en tanto, la misión especial de la ONU que llegó para combatir el ébola en África Occidental (UNMEER) abrió su sede en la capital, Accra. Las oficinas regionales para la coordinación de ayuda humanitaria en los países afectados de Guinea, Liberia y Sierra Leona ya han comenzado a trabajar, indicó un portavoz de la ONU.

UNMEER es la primera misión especial de Naciones Unidas para combatir la emergencia sanitaria internacional. Su labor es coordinar la intervención de todas las organizaciones de la ONU y sobre todo procurar brindar un tratamiento efectivo a los pacientes, así como impedir la propagación del virus.

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