Por MARCIA DUNN
CABO CAÑAVERAL /Agencia AP
La sonda robótica activó los frenos y entró a la órbita marciana con éxito, confirmaron responsables de la agencia especial.
«Creo que mi corazón está casi listo para volver a latir», comentó el investigador jefe de Maven, Bruce Jakosky, de la Universidad de Colorado. «Todo lo que puedo decir en este momento es ‘¡Estamos en órbita en Marte, chicos!»’.
Ahora es cuando comienza el trabajo real de la misión, valorada en 671 millones de dólares y que por primera vez estudiará la atmósfera superior de Marte.
Los controladores de vuelo en Colorado dedicarán las próximas seis semanas a ajustar la altitud de Maven, revisar sus instrumentos científicos y estudiar un cometa que pasará cerca. Entonces, a principios de noviembre, Maven comenzará a analizar la atmósfera superior de Marte. La nave espacial realizará sus observaciones desde la órbita, sin aterrizar.
Científicos creen que la atmósfera de Marte esconde pistas sobre por qué el vecino de la Tierra pasó de ser caliente y húmedo, hace miles de millones de años, a volverse frío y seco. Ese mundo húmedo primitivo pudo haber albergado vida microbiana, un interrogante fascinante aún por responder.
La NASA lanzó Maven en noviembre desde cabo Cañaveral, en la décima misión estadounidense enviada para orbitar en torno al planeta. Tres de los intentos previos fracasaron, y hasta tener confirmación oficial el domingo por la noche, la inquietud reinaba en el equipo.
«Ya no tengo uñas, pero lo hemos conseguido», dijo Colleen Hartman, subdirectora de ciencia en el Centro de Vuelo Espacial Goddard en Greenbelt, Maryland. «Es increíble».
Maven se une a otras tres naves —dos estadounidenses y una europea— que ya orbitan en torno a Marte, y dentro de dos días se espera la llegada de una cuarta, Mangalyann, la primera sonda interplanetaria india.
La misión de Maven es la número 21 que intenta la NASA para conocer Marte, y la primera desde el aterrizaje del robot Curiosity en 2012. Este mes, Curiosity llegó a su principal objetivo científico, una montaña llamada Sharp. También el robot Opportunity sigue activo en la superficie marciana una década después de aterrizar.