Por EMAUN KASHFI
MESA / Agencia AP

«Se trata de compartir entre nosotros lo que sabemos», dijo Mitch Altman, de 57 años, fundador de una organización similar en San Francisco llamada Noisebridge. «Se basa en comunidad y educación, y en un lugar donde la gente hace lo que ama hacer y, optimistamente, vive de ello».

La idea comenzó a tomar forma en Estados Unidos después de que Altman y otros estadounidenses asistieron en 2007 a una conferencia de informática en Alemania donde panelistas hablaron sobre sus propios hackerspaces. Altman regresó a casa, se reunió con amigos que comparten sus intereses y rentaron un espacio para Noisebridge al siguiente año.

«No quería que terminara», señaló.

Al mismo tiempo, se abrieron talleres similares por el país —NYC Resistor en Nueva York, Hack DC en Washington, y The Hacktory en Filadelfia— mientras que surgían decenas más desde entonces. En el mundo están operando actualmente más de 1.600, según hackerspaces.org, un sitio en internet dedicado a tal esfuerzo.

En HeatSync, que abrió en 2009, Larry Campbell, de 49 años, está trabajando en una cámara de fusión nuclear, mientras que Ryan McDermott, 27, experimenta con un teclado eléctrico programado para hacer que bailen colores en una banda de diodos emisores de luz (LED) en preparación para el festival de arte alternativo de Nevada.

Campbell, un ingeniero en circuitos, tiene la esperanza de que su artefacto «cambiará el universo» al convertir átomos de hidrógeno en helio.

McDermott, quien trabaja en tecnología de la información, tiene planes más modestos para su teclado.

«Todos a quienes he mostrado esta cosa quieren inmediatamente jugar con ella y tocarla, y hacer que bailen los colores y cosas así», comentó McDermott. «Eso es lo divertido para mí: hacer que la gente reaccione con ello».

Aunque muchos de los proyectos en los hackerspaces son realizados como pasatiempo o sólo por el reto que representa, algunos han sido convertidos en productos generadores de varios millones de dólares. MakerBot, por ejemplo, fue creado por un hábil mecánico en NYC Resistor y es ahora una de las más conocidas impresoras tridimensionales en el mercado.

Y aunque los hackerspaces se han extendido rápidamente, cada uno ha surgido localmente con condimento único.

HeatSync, por ejemplo, proporciona a sus miembros acceso a la instalación las 24 horas todos los días por una tarifa que ayuda a cubrir los costos de alquiler y uso de herramientas. Para gente del público que no paga tarifa, HeatSync abre sus puertas durante tres horas de lunes a viernes de 7 p.m. a 10 p.m., tiempo durante el cual pueden trabajar en proyectos y compartir ideas.

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