Múltiples telescopios de la NASA han observado recientemente un enorme agujero negro destrozando una estrella desafortunada que se acercó demasiado. Situado a unos 250 millones de años luz de la Tierra, en el centro de otra galaxia, es el quinto ejemplo más cercano de agujero negro que destruye una estrella jamás observado, informa la NASA.
Una vez que la gravedad del agujero negro rompió completamente la estrella, los astrónomos observaron un aumento espectacular de la luz de rayos X de alta energía alrededor del agujero negro. Esto indicaba que, a medida que el material estelar era arrastrado hacia su perdición, formaba una estructura extremadamente caliente sobre el agujero negro llamada corona.
El satélite NuSTAR (Nuclear Spectroscopic Telescopic Array) de la NASA es el telescopio espacial más sensible capaz de observar estas longitudes de onda de luz, y la proximidad del suceso proporcionó una visión sin precedentes de la formación y evolución de la corona, según un nuevo estudio publicado en Astrophysical Journal.
El trabajo demuestra cómo la destrucción de una estrella por un agujero negro -un proceso formalmente conocido como evento de disrupción de marea- podría utilizarse para comprender mejor lo que ocurre con el material que es capturado por uno de estos gigantes antes de ser devorado por completo.
La inusual visión de un agujero negro comiéndose una estrella, captada por la NASA https://t.co/mVGQDnnswG pic.twitter.com/PHK55IQBIJ
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La mayoría de los agujeros negros que los científicos pueden estudiar están rodeados de gas caliente que se ha acumulado durante muchos años, a veces milenios, y ha formado discos de miles de millones de kilómetros de ancho. En algunos casos, estos discos brillan más que galaxias enteras. Incluso alrededor de estas fuentes brillantes, pero sobre todo alrededor de agujeros negros mucho menos activos, destaca una única estrella que se desgarra y se consume. Y de principio a fin, el proceso suele durar sólo unas semanas o meses. La observabilidad y la corta duración de los fenómenos de perturbación de marea los hacen especialmente atractivos para los astrónomos, que pueden desentrañar cómo la gravedad del agujero negro manipula el material que lo rodea, creando increíbles espectáculos de luz y nuevas características físicas.
«Las perturbaciones de marea son una especie de laboratorio cósmico», afirma Suvi Gezari, astrónoma del Space Telescope Science Institute de Baltimore y coautora del estudio. «Son nuestra ventana a la alimentación en tiempo real de un enorme agujero negro que acecha en el centro de una galaxia».
El nuevo estudio se centra en un suceso denominado AT2021ehb, que tuvo lugar en una galaxia con un agujero negro central cuya masa es unos 10 millones de veces la de nuestro Sol (aproximadamente la diferencia entre una bola de bolos y el Titanic). Durante esta perturbación de marea, el lado de la estrella más cercano al agujero negro fue empujado con más fuerza que el lado más alejado de la estrella, estirando todo el conjunto y dejando nada más que un largo fideo de gas caliente.
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Los científicos creen que la corriente de gas se arremolina alrededor del agujero negro durante este tipo de eventos, colisionando consigo misma. Se cree que esto crea ondas de choque y flujos de gas hacia el exterior que generan luz visible, así como longitudes de onda no visibles para el ojo humano, como la luz ultravioleta y los rayos X.