Este peculiar retrato del telescopio espacial Hubble de la NASA/ESA muestra NGC 1999, una nebulosa de reflexión en la constelación de Orión. Foto La Hora: Europa Press/DPA.

 

Este peculiar retrato del telescopio espacial Hubble de la NASA/ESA muestra NGC 1999, una nebulosa de reflexión en la constelación de Orión.

NGC 1999 está a unos 1.350 años luz de la Tierra y se encuentra cerca de la Nebulosa de Orión, la región de formación de estrellas masivas más cercana a la Tierra. NGC 1999 en sí misma es una reliquia de la formación estelar reciente: está compuesta de restos que quedaron de la formación de una estrella recién nacida.

Al igual que la niebla que se enrosca alrededor de una farola, las nebulosas de reflexión como NGC 1999 brillan con la luz de una fuente incrustada. En el caso de NGC 1999, esta fuente es la estrella recién nacida V380 Orionis antes mencionada, que es visible en el centro de esta imagen. Sin embargo, el aspecto más notable de la apariencia de NGC 1999 es el llamativo agujero en su centro, que se asemeja a un ojo de cerradura negro como la tinta de proporciones cósmicas.

Esta imagen se creó a partir de las observaciones de archivo de la Cámara Planetaria de Campo Amplio 2 que datan de poco después de la Misión de Servicio 3A en 1999. En ese momento, los astrónomos creían que la mancha oscura en NGC 1999 era algo llamado glóbulo de Bok: una nube densa y fría de gas, moléculas y polvo cósmico que oculta la luz de fondo, informa la NASA.

Sin embargo, las observaciones de seguimiento utilizando una colección de telescopios, incluido el Observatorio Espacial Herschel de la ESA, revelaron que la mancha oscura es en realidad una región vacía del espacio. El origen de esta grieta inexplicable en el corazón de NGC 1999 sigue siendo desconocido.

 

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