María Inés Mejía una joven sololateca, apasionada y dedicada por lo que hace. Foto: Carmen Lucía Mejía.
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María Inés Mejía, es una joven sololateca, apasionada y dedicada por lo que hace; honrada, respetuosa, que se mantiene en una constante preparación. Recientemente se graduó de la Licenciatura en Composición y Producción Musical, por lo que su historia con la música apenas comienza.

La compositora conversó con LH Nosotras sobre cómo la música llegó a su vida desde que era una niña, el camino que recorrió para estudiar, los sube y baja que implica trabajar en la industria musical en el país y los sueños que aún le faltan por cumplir.

“¿QUÉ HAGO?”

Desde que tiene memoria, cada período de vacaciones en su vida se convertían en un constante ‘¿qué hago?’: “Acá (Sololá) no hay un centro comercial o cine, entonces siempre les preguntaba a mis papás que podía hacer, y lo clásico era: limpia y ordena tu cuarto, «pero siempre me aburría”.

Pero el destino tiene caminos inimaginables en el momento ideal, y justamente una academia de música abrió en donde residía María Inés, sus papás decidieron inscribirla a ella y a su hermana a clases. La elección de la joven fue tocar el piano.

Sus papás decidieron inscribirla a ella y a su hermana a clases. La elección de la joven fue tocar el piano. Foto: Cortesía

«En ese momento creo que encontré lo que realmente me gustaba, empecé a aprender el piano, estudié, seguí con las clases, luego aprendiendo por mí parte con tutoriales. Empecé a ver que si le atinaba a la música y me gustaba mucho”, recuerda entre risas.

Desde entonces la música se convirtió en una constante en su vida, participaba en eventos escolares, con grupos y compañeras; a su vez los instrumentos también se sumaban a su vida, marimba, ukelele y guitarra. Para ese punto ya era consciente lo que quería seguir en la universidad.

 

ARRIESGARSE A LO QUE LE GUSTA

El dilema de la decisión universitaria también llegó a su vida, por una parte, estaba el sueño de estudiar su pasión y por otra seguir una carrera que le aseguraba un “futuro ya establecido”.

“Mi papá me ofreció quedarme con su oficina y clientes al momento de retirarse, y la verdad es que era una oportunidad profesional muy buena, y yo decía: ‘será que soy muy tonta por no aprovecharla o debería arriesgarme a lo que me gusta’, aún sin saber si encontraré trabajo en un futuro”, menciona.

Su talento fue una pieza clave para ayudarle a ingresar al centro de estudios superior. Foto: Carmen Lucía Mejía.

Un día, en su instituto tecnológico encontró un piano y comenzó a tocar por gusto propio, a pesar de creer que estaba sola, un directivo de la universidad en donde imparten la licenciatura de composición musical la escuchó, quedó asombrado por su talento y fue una pieza clave para ayudarle a ingresar al centro de estudios superior.

Su primer día en la universidad fue un tanto movido, ya que por casualidad estaba en la ciudad capital y se enteró que había ingresado el mismo día que comenzaban las clases. Fue así como se inscribió a una carrera que la llevaría como una montaña rusa de la que no se arrepiente.

 

COMPLEJIDAD

Durante su desarrollo universitario María Inés consiguió varios reconocimientos por trayectoria artística, mención de honor al mérito por su promedio, el cual siempre estuvo mayor a 95 puntos y graduarse con reconocimiento “Summa Cum Laude”.

El camino para estas satisfacciones no fue tan sencillo, hubo momentos en los que quiso desistir o “tirar la toalla”, sobre todo con los comentarios que recibía de personas externas cuando descubrían lo que estaba estudiando y de lo que quería trabajar.

“Es muy complicado seguir una carrera de arte aquí en Guatemala, no solo por las oportunidades, sino emocionalmente llega a ser muy frustrante por los estigmas que suelen tener hacía las personas que nos dedicamos al arte. A veces yo me tomaba el tiempo de poder cambiar sus perspectivas, pero era muy complejo”, menciona.

La idea de seguirse preparando y obtener una oportunidad en el extranjero fueron una motivación para seguir adelante en la industria. Foto: @guishotina

Las situaciones universitarias internas que se presentaban, la pandemia, la poca oportunidad de prácticas comenzaron a acumularse, y fue el punto de inflexión en donde María Inés comenzó a considerar realmente dejar la carrera e irse por “lo seguro”.

“Fue muy frustrante, pero pensé que no quería dejar la carrera a medias, ya era mi último año y no valía la pena dejarlo. Analicé el panorama y me di cuenta que sí era lo que quería hacer con mi vida, fue así como comencé a estudiar mi maestría en Negocios de la Música en España”, relata.

Para la joven, la idea de seguirse preparando y obtener una oportunidad en el extranjero fueron una motivación y seguir adelante en la industria, además del apoyo de su familia y con todos los resultados de premios obtenidos.

 

LA INDUSTRIA MUSICAL

En un futuro María Inés quiere culminar sus estudios universitarios en el extranjero para poder incursionar en los sellos discográficos más grandes del mundo.

“Quiero aprender cómo se mueve la industria a nivel internacional, trabajar con artistas, como supervisora de música en películas, realmente hay tantas cosas bonitas en la música que me gustaría sobresalir internacionalmente”, reconoce.

En un futuro María Inés quiere culminar sus estudios universitarios en el extranjero para poder incursionar en el mundo de los sellos discográficos Foto: Carmen Lucía Mejía.

EMOCIONES

María Inés reconoce que cada vez que está componiendo, arreglando y produciendo alguna pieza se invade de alegría y satisfacción: “Siempre me enfocó en lo que quiero transmitir y me centró en eso para lograr mi objetivo, trato de hacer lo mejor posible y me siento súper satisfecha con lo que hago diariamente”.

Finalmente, la compositora invita a todas las personas a seguir, esforzarse y conseguir sus objetivos y sueños.

“Nunca será una pérdida de tiempo hacer lo que te gusta, tampoco lo vas a conseguir solo soñando, tienes que esforzarte por lo que quieres y trabajar por ello”, concluye.

Nunca será una pérdida de tiempo hacer lo que te gusta. Foto: Carmen Lucía Mejía
María José Aresti
Comunicadora de la Universidad Rafael Landívar. Entusiasta del fútbol y el cine, narro historias y temas de no ficción. Creo en la importancia de generar espacios públicos para compartir contenidos de valor que aporten a la construcción de una sociedad más equitativa y justa.
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