El 2 de mayo se conmemora el Día Internacional contra el Bullying, recientemente en Guatemala fue aprobada la Ley contra el bullying por lo que se adhiere a esta fecha. En esta ocasión te traemos la historia de una persona que fue víctima de bullying por tener síndrome congénito de Crouzon, quien nos relata sobre las situaciones que vivió durante la primaria al grado de tener que cambiarse de colegio.
Esta fecha fue establecida con el objetivo de generar conciencia sobre el riesgo que produce el bullying en los niños y jóvenes a nivel mundial. Además, busca mecanismos para contrarrestar el impacto y el daño que puede ser permanente.
Recientemente en LH Nosotras hemos abordado el tema del Bullying y el ciberbullying, en esta ocasión te traemos el relato de una persona que nos cuenta desde el anonimato, su historia, de cómo sufrió esta situación en carne propia.
UN SÍNDROME
La persona entrevistada narra que tiene el Síndrome congénito de Crouzon, suele presentarse más de forma física, por lo que ha tenido que atravesar por siete cirugías, estas intervenciones provocaron que a nivel académico, en la primaria faltara mucho al colegio.
Asegura que solía estudiar con la hija del director del establecimiento educativo, quien constantemente la estaba molestando. “La situación la comenzó ella, luego los demás compañeros de salón lo fueron replicando”, dice.
Su escuela tenía un espacio muy amplio de tierra por lo que sus compañeros solían arrojarle esta tierra y pequeños ratones que a veces había en el área, escondía sus cosas y su comida, esta persona también era acusada de quebrar objetos ajenos para que le diera dinero en efectivo.
“Llegó un punto en el que el maestro de Educación Física también me molestaba, por mi condición yo no podía hacer ejercicios y él me ponía a jugar quemados. Me arrojaban el balón, terminé recibiendo esa clase con un casco de béisbol”, relata.
LA JUSTIFICACIÓN
Recuerda que en ese tiempo había unos zapatos de moda y sus papás le adquirieron unos en versión original, mientras que la niña que inicialmente le empezó a hacer bullying, solamente tenía unas imitaciones y comenzó a decir que era al revés para que todos en el colegio se burlaran de la persona que nos cuenta su historia.
Añade que: “La justificación que nos dio una maestra a mí y a mi mamá era que si ella actuaba así era porque tenía cierta envidia hacía mí, por las posibilidades que mis papás me ofrecían y porque consideraba que los maestros tenían cierto privilegio hacía mí, cuando no era así”, señala.
La situación de bullying empeoró cuando en una fiesta la lanzaron a una piscina, por su condición, no sabe nadar, y sus compañeros la tiraron al agua. En ese momento supo que la situación tenía que cambiar, sin embargo, tenía mucho miedo de cambiarse de colegio por no saber cómo sería la situación en otro lugar.
RECHAZO EN UN COLEGIO Y MISMA SITUACIÓN
La situación de buscar otro colegio no fue nada sencillo, un establecimiento privado le rechazó la admisión, en el informe que le fue brindado decían “que no era una persona apta para estudiar allí”, haciendo alusión a su condición física. Afirma que no le permitieron ni siquiera hacer los exámenes de admisión. La situación la obligó a ir a otro colegio en donde el bullying siguió de la misma manera.
“Cuando me pasé a ese colegio otros dos compañeros que estuvieron conmigo en primaria también se fueron, y en ese establecimiento educativo me volvían a culpar de las cosas perdidas e incluso me decían que era mi culpa que me molestarán, ahí fue cuando hablé con mi papá y le dije que me quería ir”, reconoce. En su nuevo colegio dice que ya no fue víctima de bullying.
UN CURSO DE BULLYING
Fue hasta 2019 cuando recibió un curso de bullying que comprendió muy bien lo que había vivido, añade que, “yo sentía hasta cierta forma que mis compañeros en primaria se estaban divirtiendo conmigo, siempre he sido una persona que busca agradar sin importar lo que le hagan, con tal de pertenecer a un grupo”, resalta.
Otra cosa que reconoció con este curso es que se dio cuenta que muchas veces quien sufre bullying a largo plazo se puede volver la persona que lo ejerce, porque es un patrón que sigue, una réplica de lo que le hicieron. Ya que es una situación que vivió porque en su último colegio hizo que su grupo de amistades le dejara de hablar a otra persona que pertenecía al mismo, nunca la molestó al nivel de que ella vivió, pero si ejerció esa acción.
“Me di cuenta de que inconscientemente uno se convierte en agresor porque es como esa venganza que uno tiene, actualmente estoy trabajando con el psicólogo y he aprendido entre muchas cosas a decir que “no” y a no aceptar las cosas solo para agradar”, finaliza.
LEY CONTRA EL ACOSO ESCOLAR
El pasado 9 de marzo fue aprobada la Ley contra el Acoso Escolar, conocida como Ley contra el bullying en Guatemala, con 98 votos de congresistas a favor, la cual declara que cada 2 de mayo se celebre este día, como mundialmente se hace.
La ley entró en vigencia el 26 de marzo del presente año y promueve una sana convivencia entre estudiantes de centros educativos, además de la conciencia en la sociedad sobre el impacto del maltrato físico y psicológico entre estudiantes.
Con base en esto el Ministerio de Educación deberá coordinar acciones con entidades públicas y privadas para generar información que contribuya a contrarrestar el bullying, proveyendo información del tema por medio de textos, folletos, material didáctico, talleres y capacitaciones.