Los postres y la salud, los impulsores de Ana Lucía para crear “Sugarbite”

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Por M. Aresti / A. Solórzano
maresti@lahora.gt / asolorzano@lahora.gt

Una mujer capaz, líder, disciplinada, exigente consigo misma, pero que logra todo lo que se propone. Así es Ana Lucía Alegría, quien además de ser estudiante y deportista, ha logrado a través del emprendimiento, costear su carrera y otros “gustos” personales.

En entrevista para Nosotras LH y LH Economía, Ana Lucía relató cómo ha sido el proceso de adentrarse en el mundo del emprendimiento y crear uno de forma sustentable sobre una de las cosas que más ama: los postres.

UN GUSTO DESDE PEQUEÑA

A Ana Lucía siempre le ha gustado vender y aprender de diferentes formas, por eso su primer emprendimiento fue a los 8 años, cuando con ayuda de su mamá comenzó a vender paletas de muñecos de gomita, una primera experiencia que la dejaría con ganas de más.

Un año después decidió tomar un curso de chocolatería y comenzó vender paletas de chocolate, “yo estaba bastante pequeña, creo que no le ganaba nada, más perdían mis papás al comprarme los materiales, pero yo era feliz”, destacó.

 

DESAYUNOS SALUDABLES

No obstante, los aprendizajes adquiridos con estas primeras experiencias de venta la llevaron en bachillerato a comenzar a vender desayunos saludables.

“Siempre me gustó todo lo relacionado con lo saludable, en mi colegio tenían la regla de que teníamos que desayunar allí, entonces yo tenía compañeras que no desayunaban, así que se me ocurrió hacer “tuppers” con desayunos, tenía el menú de la semana, pero siempre enfocado a que fuera saludables, y así estuve por un tiempo”, relató Ana Lucía.

UNA ENSEÑANZA HEREDADA

La emprendedora enfatizó que su padre también desde muy pequeña le enseñó a ganarse las cosas, tiene una anécdota muy presente de cuando apenas estaba en párvulos y quería unas botas que le gustaban mucho, su padre le dijo que se las compraría si se aprendía los colores en inglés, Ana Lucía lo hizo y obtuvo las botas, un suceso que desde pequeña le brindó muchas enseñanzas.

 

¿CÓMO SURGE SUGARBITE?

Los postres, cocinar y la nutrición siempre han sido algo que a Ana Lucía le gusta, por lo que con base e inspiración de los desayunos saludables que realizaba en el colegio aprovechó el tiempo del inicio de la pandemia para hacer toda la logística del emprendimiento.

Aunque comenzó como una página de Instagram en donde solo subía recetas de cómo hacer postres, sus amigas seguían a la página y le daban ‘me gusta’ a las publicaciones; sin embargo, estas mismas comenzaron a motivarla para que no solo compartiera, sino que también vendiera los postres.

Actualmente Sugarbite tiene un amplio catálogo de postres y más de tres mil seguidores en su página de Instagram. Foto: La Hora

“Yo no me animaba porque siempre está el miedo a no saber a lo que te estas metiendo, no saber lo que vas a hacer hasta que estás dentro y lo complicado que puede llegar a ser, pero un día dije lo voy a hacer, se me ocurrió hacer una lista de postres de lo que tenía en mente hacer, tomé unas fotografías en el jardín y así nació”, comentó la emprendedora.

Actualmente Sugarbite tiene un amplio catálogo de postres y más de tres mil seguidores en su página de Instagram.

 

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UN ORGULLO PARA ANA LUCÍA

Llegar y estar hasta donde hoy se encuentra Ana Lucía y Sugarbite representa un enorme orgullo para ella, ya que explicó que ha sido algo realmente complicado, e ir escalando en los retos que se le pueden presentar día con día representa un desafío diario que está dispuesta a afrontar.

“Tú no sabes lo que te espera en ese día, hay veces que sentís que todo va a salir bien y literalmente todo te sale mal, el reto del transporte también es complicado porque yo veo como salen los postres de aquí, pero no como llegan, y a veces no llegan bien o pasan otros factores que me enseñan a ir aprendiendo a superar y solucionar rápidamente esas cosas”, recalcó Ana Lucía.

Esto ha sido todo un proceso, ya que reconoce que al inicio cuando pasaban este tipo de accidentes solía quedarse llorando, pero ahora con la experiencia y aprendizajes adquiridos han hecho que sepa cómo reaccionar: al contactarse con el cliente, explicar la solución y resolver de forma rápida.

PENSAR EN EL CLIENTE

“Cuando pienso en algún postre o idea, siempre lo hago como que yo fuera el cliente, que yo soy mi tipo de cliente, es decir una persona que se cuida, que hace deporte y ama los postres, entonces creo los productos dirigidos a alguien como yo”, reconoció la emprendedora.

Esta forma de llevar un emprendimiento le ha facilitado la creación de ideas y lo que desea formar, afirmó que eso es lo básico para cualquier emprendimiento “conocer al tipo de cliente que se tiene o desea llegar, crear como mi prototipo de cliente ideal, y ese es el tipo de personas que a mí me llegan, con estilos similares a los míos”, añadió.

ESTRUCTURAR PARA EVITAR PÉRDIDAS

Motivada por sus ganas de emprender durante la pandemia, Ana se aventuró, sin conocer a profundidad sobre administración de negocios, a invertir en sus primeros insumos y herramientas, sin embargo, en los primeros meses no lograba captar ganancias, de hecho, sintió que estaba empezando a perder su capital inicial.

Sin rendirse, la amante de los deportes se vio en la tarea de estructurar de nuevo los costos para entender qué era lo que estaba ocasionando pérdidas.

 

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“Creo que el problema que tuve al principio es que yo no quería elevar tanto los precios, porque algo que tiene la repostería saludable es que es muy cara; tú vas a un lugar de pasteles saludables y una porción de pastel te cuesta Q50.00, era lo que estaba evitando”, detalló.

Desde entonces, considerando que los precios iniciales de sus productos eran muy bajos, decidió mantenerlos a un valor medio con el fin de hallar la manera en la que pueda generar ganancias y al mismo tiempo sus clientes se sientan bien comparándolos.

 

ACEPTACIÓN POSITIVA

En cuanto a qué tan rentable puede ser la industria de los alimentos saludables, Ana asegura que sí lo es, en especial en estos tiempos cuando muchas personas desean priorizar su salud a través de la comida sin necesidad de dietas altamente restringidas.

Tal necesidad la ha llevado a adaptar sus postres a las dietas en tendencias o dirigidas a un público en específico, como la dieta Keto, contribuyendo a la diversificación y versatilidad de su menú.

“Tienes que ir reinventando a todo lo que comienza a salir, a todo lo nuevo y eso es algo chilero porque no te quedas estancada solo en postres de esta línea, sino que puedes sacar muchas líneas y muchos tipos de estos postres”.

 

ENFOCARSE EN LA COCINA

Como parte de sus metas a corto plazo, Ana Lucia desea seguir creciendo y también acomodar el negocio para que ya no necesite tanto de ella, es decir, que otra persona pueda tomar los pedidos y brindar atención a los clientes, mientras ella prepara con dedicación los postres.

Los postres siempre ha sido algo que le gusta a Ana Lucía. Foto: La Hora

EL SUEÑO DE UNA TIENDA FÍSICA

A largo plazo, sueña con abrir un espacio físico, en el que la gente vaya directo a comprar sus postres y ya no tengan que preordenados, pero antes de ello desea graduarse de la universidad que puede costear gracias a los frutos de su dedicación en Sugarbite.