Logo categoria

Pese a que miles de bebés comúnmente nacen en hospitales de forma natural o a través de una cesárea, la labor de las comadronas continúa vigente en un país de amplia tradición, principalmente en el área rural, quienes ahora reciben preparación universitaria, e incluso hay una asociación que las agrupa.

Dos de ellas contaron a La Hora la historia de vida que las llevó a tan noble labor, una atiende en el área urbana y otra en Quetzaltenango, con el concepto tradicional de comadrona y el nuevo de “doula”, que tiene su origen en la Antigua Grecia, y que para algunos se trata de mujeres que apoyan a otras durante el embarazo, las asisten a la hora de dar a luz y en el posparto.

El acompañamiento no solo es físico, además, es espiritual y emocional. Foto La Hora/ Luisa Araneda

DOULA: APOYO EMOCIONAL

Luisa Araneda, de 31 años, contó que el 21 de enero del 2015 estaba por dar a luz a su bebé con ayuda de una partera, pero “a última hora fue una cesárea y no se practicó como un evento sagrado, fue una rutina para los doctores y no se me explicó qué estaba pasando, donde se le quitó a mi bebé la oportunidad de tener toda la sangre en su cordón, no tuvo lactancia exclusiva, alojamiento conjunto, ni se me permitió estar acompañada por mi esposo”.

Recordó que eso se convirtió en una experiencia traumática que se pudo haber evitado, luego de lo cual la motivó a convertirse en doula, acompañamiento emocional a mujeres y familias en labor de parto o cesáreas.

Explicó que las mujeres merecen un trato respetuoso desde el momento reproductivo hasta el embarazo, el parto y el postparto, siendo cuidadas, acompañadas y educadas lo que ayuda a maternar mejor.

Por el contrario, aseveró que cuando se da a luz con temor, paradigmas o pensando que no se tiene la capacidad de alimentar a las crías, volviéndose un obstáculo, que podrían ser prácticos de quitar con un poco más de educación y conciencia.

DECIDIÓ SER PARTERA DESPUÉS DE VIVIR UNA CESÁREA

En 2019 empezó a estudiar partería con Hannah Freiwald, una alemana que estudió en EE. UU., y es pionera del parto natural y en agua en Guatemala, con más de 25 años de experiencia. Desde entonces ha atendido partos como doula y como partera.

Este año se está preparando para profundizar su aprendizaje sobre las comadronas de la partería tradicional y además tener el certificado del Ministerio de Salud, a través de la Coordinadora Departamental de Comadronas Tradicionales de Quetzaltenango (Codecot).

“Yo que he estado estudiando con una partera alemana, de quien aprenden muchas personas del mundo, ahora aprender de nuestras propias parteras es un privilegio enorme”, agregó, además de señalar que muchas personas de otros países vienen a aprender de ellas.

Se ha convertido en una actividad de gran importancia para miles de mujeres. Foto La Hora/ Luisa Araneda

Para prepararse, reciben clases una vez a la semana o cada quince días, lo cual “es una experiencia bien linda”.

También narró que está aprendiendo medicina natural, tradicional, así como comprender las creencias guatemaltecas como el mal de ojo y el susto, entre otras.

COMADRONA CON TÉCNICA ANCESTRAL Y OCCIDENTAL

Enma Marcia Otiz Vásquez, de 49 años, empezó a atender partos a los 20, luego que un año antes nació en ella la inquietud de ser comadrona.

 

Recordó que después de enfermarse y no encontrar medicina para su cura, una tía la llevó con una guía espiritual, quien le dijo que estaba en esa condición porque no aceptaba lo que había en su vida y al hacerlo, estaría sana.

En ese tiempo ella soñaba a su abuela que le entregaba un canasto con tijeras, hilo y aceite; no entendía el mensaje; sin embargo, las mujeres de su familia han sido comadronas.

Al mes de aceptar que su labor era ayudar a mujeres en la hora del parto, atendió el primer caso, con el tiempo, aprendió a tratar temas de infertilidad.

Además, es el aprendizaje es relevante para aplicar las mejores técnicas. Foto La Hora/ Luisa Araneda

En 2016 tuvo la oportunidad de ir a la Universidad de San Carlos de Guatemala con sede en Quetzaltenango y especializarse en maternidad, donde recibió seis cursos: obstetricia, ginecología, pediatría, medicina ancestral maya, medicina occidental y psicología. Terminó en 2018.

Contó que a través de sueños le siguen siendo reveladas muchas cosas que ha aprendido.

Actualmente Otiz Vásquez es la encargada del grupo de estudiantes en la Codecot, que les da la oportunidad de entrar a la Usac con una beca y así mejorar la atención que dan en las comunidades; en total son 900 comadronas.

EL PAÍS INVIERTE EN INTERVENCIONES QUE ES MUCHO MÁS CARO

Araneda dijo que “de 100 partos en hospitales, 92 terminan en cesárea”, la Organización Mundial de la Salud, dice que no más del 10 al 15% deberían tener cesárea, “estamos en un país con falta de recursos que está invirtiendo en una intervención que es mucho más cara que un proceso natural”.

Por su parte Otiz Vásquez narró que según su historial de control prenatal, durante abril debía atender 10 partos, pero solo fue a uno ya que los otros fueron cesárea; anteriormente recibía cinco a seis niños al mes.