POR GISELA SALOMON
MIAMI
AGENCIA (AP)
La economía de América Latina ha comenzado a repuntar y existen esperanzas de que la pandemia de coronavirus que la sumergió en la peor crisis de su historia también genere oportunidades transformadoras. Sin embargo, «las perspectivas para este año siguen siendo inciertas», dijo el Banco Mundial.
Por el impacto de la pandemia, el Producto Bruto Interno (PBI) de la región cayó un 6.7% en 2020, menos que el 7.9% estimado anteriormente por el banco. Para el 2021, se prevé que retome el crecimiento a una tasa anual del 4.4%, y un 3% para 2022.
Latinoamérica ha sido el epicentro mundial de la pandemia, con gran parte de los enfermos y muertos. El BM dio a conocer su reporte «Volver a crecer» en momentos en que los países enfrentan obstáculos para conseguir vacunas contra el COVID-19 que le permitan inmunizar a su población y flexibilizar las medidas de confinamiento.
De las seis regiones con economías en vías de desarrollo, Latinoamérica fue la que tuvo el mayor impacto, entre otras razones por la situación que ya traía, por la alta tasa de informalidad y la prolongada cuarentena.
La región venía con una desaceleración económica desde 2012, que se profundizó en 2015. En 2016 la economía se contrajo y en 2019 se estancó. Se esperaba que el 2020 fuera un año de repunte, pero el escenario cambió con la llegada del coronavirus.
Aunque existen razones para tener esperanzas, también «hay muchas razones para ser pesimistas» y que harían pensar que la historia del 2020 «puede ser una historia de más de un año», dijo Rama en una conferencia de prensa virtual para presentar el informe.
Entre esos puntos negativos que tendrán impacto a largo plazo mencionó el aprendizaje escolar a distancia, la pérdida de empleos y el sobre endeudamiento de los países para acceder a programas de estímulo social y económico durante la pandemia.
En el informe de perspectivas de medio año, el BM advierte que la vacunación «ha avanzado con lentitud» en la región, y la inmunidad de rebaño –que según los científicos se alcanzaría cuando al menos un 70% de la población esté vacunada– podría llegar recién a finales de 2021. Además, considera el banco, podrían venir nuevas olas de infecciones con el surgimiento de nuevas variantes del virus.
«Todo esto suma incertidumbre a cualquier pronóstico económico», dice el informe, y explica que si bien es seguro asumir que habrá una importante recuperación económica este año, las previsiones indican que la región no podrá superar aún las pérdidas económicas del 2020.
Entre los países con mayor crecimiento estimado para este año aparecen Panamá, del 9.9%; Perú, 8.1%; Argentina, 6.4%; Chile y República Dominicana, 5.5%, y Colombia, 5%. Brasil y México, por su parte, podrían tener un crecimiento del PBI equivalente al 3% y el 4.5%, respectivamente.
En cambio, entre los que aún tendrían indicadores negativos aparecen Haití, con una contracción del 0.7%; y Suriname, del 1.9%.
El banco advirtió, sin embargo, que a estos pronósticos no hay que prestarles demasiada atención.
Entre los aspectos positivos que destaca el BM aparece el comercio internacional, con precios de bienes que se mantuvieron en un nivel relativamente bueno a pesar de la caída pronunciada en áreas de servicios, por ejemplo en el turismo.
Los precios de las materias primas, por su parte, también son más elevados que en tiempos previos a la pandemia, lo que ayuda a países exportadores de productos agropecuarios y mineros. Las remesas, de las que dependen Centroamérica y varios países del Caribe, subieron al compararlas con niveles previos a la pandemia.
El BM prevé que «a mediano plazo las ganancias pueden ser mayores que las pérdidas» y cree que la mayor digitalización podría traer más dinamismo en el sector financiero, el comercio internacional y el mercado laboral.
El sector energético, asimismo, aparece como uno de los que más oportunidades pudiese generar si implementa cambios tecnológicos que aumenten la competencia, reduzcan el precio y aumenten la proporción de energía renovable, según el informe.
Los pronósticos del BM están basados en información de los gobiernos y no incluyen a Venezuela desde 2015. La nación sudamericana dejó de publicar sus informes de ingreso bruto nacional en 2014 y el banco considera que no tiene información de suficiente calidad para estimar ese indicador.