Por KERSTIN SOPKE y GEIR MOULSON
GENTHIN, Alemania
Agencia (AP)
Las fronteras abiertas características de la Unión Europea se cierran para evitar que el virus se propague, lo que significa que decenas de miles de trabajadores estacionales no pueden llegar a las granjas que dependen de ellos, lo que provoca una pérdida de ingresos para ellos y los negocios que las emplean. En algunos casos, los trabajadores migrantes regresan a sus países de origen con la esperanza de pasar el aislamiento cerca de la familia.
«Como están las cosas, no es posible traer cosechadores a Alemania, lo que es un desastre», dijo el productor de espárragos Henning Hoffheinz, en un campo cubierto con una lona de plástico en Genthin, al occidente de Berlín.
El año pasado, los agricultores alemanes emplearon a casi 300.000 trabajadores estacionales, muchos de Europa oriental y dispuestos a hacer la dura mano de obra a cambio de un boyante sueldo mínimo alemán, actualmente de 9,35 euros (10,25 dólares) la hora. España tiene unos 15.000 jornaleros que suelen venir de Marruecos para la pizca de la fresa, que ya está en camino, y se prevé que la mitad se mantendrá lejos este año. Del otro lado de la UE, unas 100.000 personas llegan de afuera del bloque para trabajar en el empleo estacional.
Hoffheinz logró traer a 25 rumanos antes de que se cerraran las fronteras mucho menos de los entre 45 y 50 que necesita cuando la estación esté en pleno auge en tres semanas. Por los varios cierres fronterizos, «ningún jornalero vendrá de todo el bloque oriental, sin importar hacia dónde», dijo. Agregó que intentará encontrar a alemanes para hacer parte de los trabajos logísticos que suelen hacer los rumanos transportar los espárragos del campo a un edificio donde son ordenados y clasificar la cosecha.
«Estoy seguro que no encontraremos alemanes para el trabajo de campo, cortar los espárragos, por el salario mínimo», agregó.
La ministra de agricultura de Alemania, Julia Kloeckner, reconoció esta semana la necesidad de atender la cosecha en 23.000 hectáreas (56.800 acres) de campos de espárragos en Alemania y agregó que habrá más desafíos.
Kloeckner propuso la idea de que personas que suelen trabajar en los ahora cerrados restaurantes o bares trabajen en los campos. Es hora de «considerar soluciones no convencionales o creativas», agregó.
el gabinete alemán suavizó las reglas para los trabajadores estacionales, permitiéndoles quedarse más.
En la granja de Hoffheinz, Orasan Claudiu, de 21 años, es uno de los rumanos que llegó pronto a Alemania y dijo que está contento de tener trabajo para los próximos tres meses.