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Por KEN THOMAS
WASHINGTON
Agencia (AP)

En una confrontación notablemente pública, el presidente de la Cámara de Representantes Paul Ryan y otros aliados republicanos del presidente Donald Trump le están pidiendo al mandatario que desista de su intención de imponer aranceles a importaciones de acero y aluminio, pues temen que podría desatar una peligrosa guerra comercial. El mandatario respondió, sin embargo: “No daremos marcha atrás”.

Trump dijo ayer que México y Canadá no quedarán exentos de sus planes de aplicar aranceles a las importaciones de acero y aluminio, pero planteó la posibilidad de exceptuar en el futuro a esos países vecinos de Estados Unidos en caso de que accedan a conceder mejores condiciones para los estadounidenses durante la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, NAFTA por sus siglas en inglés).

“Hemos tenido un muy mal acuerdo con México; hemos tenido un muy mal acuerdo con Canadá. Se llama TLCAN”, declaró.

Trump hizo sus comentarios poco después de que una portavoz de Ryan, aliado del Presidente, afirmó que el líder republicano estaba “sumamente preocupado” de que la propuesta arancelaria desate una guerra comercial, y exhortó a la Casa Blanca a “no proseguir con este plan”.

De la misma manera, líderes republicanos de la Comisión de Recursos y Arbitrios de la Cámara de Representantes circularon una carta en la que expresan su rechazo al plan de Trump. Además, los líderes republicanos en el Congreso insinuaron que podrían intentar bloquear el plan arancelario en caso de que el Presidente proceda con él.

La promesa de Trump de imponer aranceles del 25% a las importaciones de acero y 10% a las de aluminio ha sacudido a los mercados financieros, irritado a los aliados extranjeros y ha generado inusuales alianzas para un Presidente que criticó los desfavorables acuerdos comerciales durante su campaña de 2016.

Líderes sindicales y legisladores demócratas de los estados productores de acero que componen la llamada “Rust Belt” han elogiado la propuesta de Trump, uniéndose a defensores de dicha medida dentro del gobierno como el secretario de Comercio Wilbur Ross y el asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro.

La región conocida en inglés como “Rust Belt” comprende partes del noreste y centro de Estados Unidos y se caracteriza por su industria en declive, fábricas en decadencia, y población a la baja.

Pero dentro del gobierno se oponen a la idea el secretario de Defensa James Mattis y el asesor de economía de la Casa Blanca Gary Cohn, quienes advirtieron en contra de sancionar a aliados estadounidenses y socavar los beneficios económicos de la amplia reforma fiscal integral del Presidente.

De igual forma, en el comunicado de la oficina de Ryan se afirma: “La nueva reforma fiscal ha impulsado la economía, y ciertamente no queremos poner en riesgo esas ganancias”.

Al preguntársele sobre el rechazo público, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, señaló: “Miren, tenemos una gran relación con el presidente Ryan (de la Cámara de Representantes). Seguiremos teniéndola, pero eso no significa que debamos estar de acuerdo en todo”.

Canadá es el principal proveedor extranjero de Estados Unidos en acero y aluminio. México es el cuarto en acero y el séptimo en aluminio.

Los republicanos en el Congreso señalan que cualquier arancel debería ser de alcance restringido, y en privado advirtieron que la iniciativa de Trump podría perjudicar las esperanzas del partido de preservar su mayoría en las elecciones parlamentarias de noviembre próximo.

 

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