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Por JOE McDONALD
BEIJING
AGENCIA/AP

El principal responsable de la economía china redujo ayer el objetivo de crecimiento para el país y advirtió de los peligros de la presión mundial para imponer controles comerciales, mientras Beijing intenta construir una economía basada en el consumo y reducir su dependencia en las exportaciones y la inversión.

En un discurso ante la legislatura nacional, el primer ministro, Li Keqiang Li, prometió más medidas para recortar el excedente en la producción de acero que está tensando las relaciones con Estados Unidos y Europa. Se comprometió a dar un trato igualitario para las empresas extranjeras, en aparente respuesta a las quejas de que Beijing intenta expulsarlos del sector de la tecnología y otros mercados prometedores.

El informe de Li fijó el objetivo de crecimiento para la segunda economía del mundo en «alrededor del 6,5% o más, si es posible». Esto supone un descenso con respecto al incremento del 6,7% del año pasado pero, de conseguirse, estaría entre los más sólidos del mundo, lo que refleja confianza en que los esfuerzos para crear nuevas industrias están ganando impulso.

El dirigente pidió que se preste atención a los riesgos del aumento de la deuda china, que los economistas consideran una amenaza cada vez más grande al crecimiento.

Li no anunció grandes iniciativas, pero se esperaba que el Partido Comunista intentase evitar sorpresas antes del congreso de final de año en el que el presidente del país, Xi Jinping, será reelegido para otro mandato de cinco años. Los analistas cuentan con que los líderes chinos utilicen el congreso legislativo para enfatizar la reducción de los riesgos financieros y el mantenimiento del crecimiento estable.

En un momento en que Estados Unidos y Europa demandan controles comerciales, Li advirtió que China afronta «situaciones más complicadas y graves» a nivel nacional que en el extranjero.

«La tendencia a la desglobalización y el proteccionismo están creciendo», señaló Li. «Hay muchas incertidumbres sobre la dirección de las políticas de las grandes economías y sus efectos, y los factores que podrían crear inestabilidad e incertidumbre están creciendo visiblemente».

Los líderes chinos defendieron públicamente la libertad de comercio en respuesta las promesas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de elevar los aranceles sobre los productos chinos, aunque los socios comerciales de Beijing se quejan de que el país es la más cerrada de las grandes economías mundiales.

El informe de ayer, pide la creación de 11 millones de nuevos puestos de trabajo, un incremento con respecto al objetivo de 10 millones del año pasado en un posible signo de mayor optimismo en las autoridades.

Li prometió «igualdad de oportunidades» y «reglas justas» para las empresas privadas en una economía controlada por el estado. Anunció cambios como la reducción de impuestos para compañías pequeñas y la simplificación del proceso para registrar una firma privada.

Además se comprometió a que las empresas extranjeras recibirán el mismo trato que sus homólogas chinas, dentro del plan gubernamental «China Manufacturing 2025.»

En asuntos políticos, Li advirtió que Beijing no tolerará ningún movimiento del gobierno elegido por el pueblo de la autogobernada Taiwán hacia la independencia formal.

«Nos opondremos con contundencia y contendremos las actividades separatistas para la independencia de Taiwán», dijo.

El Ministerio de Finanzas de China dijo ayer que el presupuesto de defensa del país superará por primera vez el billón de yuanes (145 mil millones de dólares), después de que la cifra exacta no se incluyó en los documentos publicados al inicio de la Asamblea Popular Nacional.

Según el ministerio, se invertirán 1,044 billones de yuanes (151 mil millones de dólares), un 7% más que el año anterior, el incremento porcentual más bajo en este siglo.

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