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Bratislava
DPA

Los ministros de Finanzas de la zona euro, el llamado Eurogrupo, aumentaron ayer la presión sobre Grecia para que lleve a cabo reformas económicas.

El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, criticó que se había hecho «demasiado poco» durante los meses de pausa del verano europeo. «Esa excusa ahora ha desaparecido, así que a guardar el equipo de camping y de vuelta al trabajo», señaló a la prensa en Bratislava, donde se reunieron los ministros.

Grecia tiene que aplicar una serie de reformas a cambio de los miles de millones de euros que ha recibido y debe seguir recibiendo para no caer en cesación de pagos.

De hecho hay pendiente un tramo de 2 mil 800 millones de euros (3 mil 200 millones de dólares) que debe entregar el fondo de rescate europeo, pero primero Atenas tiene que avanzar en reformas como privatizaciones, estabilidad bancaria y en el sector energético.

El país helvético se comprometió con sus acreedores a conseguir 15 objetivos hasta septiembre, pero hasta el momento ha cumplido con dos, señaló el comisionado de Asuntos Económicos y Financiertos de la Unión Europea (UE), Pierre Moscovici.

El ministro griego de Finanzas, Euclides Tsakalotos, aseguró a sus homólogos en el encuentro en la capital eslovaca que las metas se cumplirán hasta finales de septiembre, relató Moscovici.

El comisario dijo creer que «aún es factible» en vista de la intensificación de los esfuerzos de las autoridades griegas en los últimos días.

El tramo de 2.800 millones de euros está disponible para Grecia hasta finales de octubre. Después de esa fecha haría falta un nuevo visto bueno político para que se otorgara.

Los ministros esperan que el cumplimiento de los objetivos y la entrega de los fondos garantice hasta finales de año la permanencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) en el rescate de Grecia, el tercero que recibe desde 2010.

Dijsselbloem subrayó que la confianza de los acreedores está en juego, mientras que Benoit Coeure, miembro de la junta directiva del Banco Central Europeo argumentó que el cumplimiento es «crucial (…) para la vuelta de la confianza a la economía griega».

El país tiene sin embargo una historia de fracasar en el logro de sus compromisos con los acreedores. Representantes de estos últimos viajarán a Atenas la semana próxima para elaborar los futuros pasos del rescate.

En Grecia hay a menudo llamados a acabar con la política de austeridad desde el propio Gobierno y otras instituciones, pero Dijsselbloem argumentó que el país tiene que seguir haciendo sustentables sus finanzas.

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