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Washington
DPA

El Fondo Monetario Internacional (FMI) certificó los avances en la economía china, pero advirtió claramente que se van a necesitar reformas profundas, según las recomendaciones hechas públicas hoy en Washington.

Estas recomendaciones fueron realizadas al término de las consultas anuales en el marco del llamado Artículo IV, después de que una delegación del organismo visitara el país para hacerse una idea de la situación.

La preocupación del FMI se centra sobre todo en que el crecimiento sigue debilitándose. En las recomendaciones, el FMI apunta encarecidamente a Pekín que tome medidas para generar un crecimiento más equilibrado y sostenible.

El Fondo elogia expresamente a China por los avances en el sector de las reformas estructurales, y expresamente en la liberación de las tasas de interés y de la urbanización del país. A su vez, la transformación económica sigue siendo compleja, desafiante y potencialmente desigual, señala.

Para 2016, el FMI prevé para China un crecimiento del 6,6 por ciento tras un 6,9 por ciento el año pasado. Este pronóstico a la baja se debe sobre todo a una menor inversión privada y menor demanda externa.

En su informe presentado en Pekín, el FMI concede especial importancia a una reducción de la dependencia del crédito, a más inversiones y a un cambio profundo de las empresas controladas por el Estado, es decir, la privatización.

A menudo, las empresas estatales improductivas también son problemáticas porque están cada vez más endeudadas y pueden causarle problemas considerables a los bancos.

«Una política coherente, bien coordinada y clara es la clave para una transición sin problemas, que en última instancia beneficia a la economía mundial», señala el informe.

China debe reforzar su estabilidad financiera, exige el FMI. Pekín debe sentirse alentado de apreciar la calidad de sus datos, así como la comunicación de su política. Esto podría ayudar a reducir la incertidumbre y mantener bajo control las incertidumbres del mercado.

Las consultas anuales en el marco del Artículo IV se centran en el tipo de cambio, las políticas fiscales y monetarias del país miembro, la balanza de pagos, la evolución de la deuda externa, el impacto de las políticas sobre la balanza de pagos, los efectos internacionales y regionales de las estructuras y los posibles puntos débiles.

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