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Pekín, 1 feb
Agencia/dpa

La industria china retrocedió en enero por sexto mes consecutivo, según apuntan los datos del índice oficial PMI publicados hoy por la Oficina Nacional de Estadísticas de China.

El índice bajó en enero de 49.7 a 49.4 puntos, el nivel más bajo registrado desde 2012. Se sitúa así por sexto mes consecutivo por debajo de los 50 puntos, límite en el que se considera que hay un retroceso en la actividad industrial. Este indicador muestra hasta qué punto está bajo presión la economía china.

En tanto, el índice PMI de la revista económica «Caixin» apunta a una caída de la actividad industrial desde hace 11 meses. En enero se situó en 48.4 puntos, muy por debajo de la marca de los 50. Aun así, el dato fue ligeramente mejor que el de diciembre, de 48.2 puntos.

El índice oficial PMI se centra en las empresas grandes y en las estatales, mientras que de «Caixin» evalúa sobre todo a las empresas privadas y pequeñas.

Los datos conocidos hoy se dejaron sentir en las Bolsas chinas: el Composite Index de Shanghai perdió un 1.78 por ciento, mientras que el Shenzhen Component Index cerró con una caída del 1.02 por ciento.

Según la Oficina Nacional de Estadísticas, los motivos del continuo retroceso de la industria son la reducción del exceso de capacidades, la débil coyuntura doméstica y global y la cercanía del Año Nuevo chino -el 8 de febrero-, ante la que las empresas disminuyen la producción.

«El sector industrial tiene posiblemente un año difícil por delante», analizó el banco australiano ANZ, que apuntó al exceso de capacidades, la débil demanda global y los planes del Gobierno chino para reducir la contaminación medioambiental industrial.

«Los recientes indicadores macroeconómicos muestran que la economía todavía está en proceso de tocar fondo y los esfuerzos para reducir los excesos de capacidades acaban de empezar a dar resultados», apuntó el economista jefe de «Caixin», He Fan.

«La presión sobre el crecimiento económico sigue siendo intensa a la vista de la continua volatilidad global», agregó. Según el economista, el Gobierno debe seguir con atención la evolución y «realizar operaciones de ajuste de forma proactiva para evitar un duro aterrizaje».

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