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Por ALBERTO ARCE
MÉXICO
Agencia/AP

El Banco Continental de Honduras, liquidado por su presunta participación en el lavado de dinero del narcotráfico, reabrirá sus sucursales en medio de la incertidumbre de sus depositarios y temores por el posible contagio al resto del sistema financiero nacional.

«Pueden suceder fugas de capitales. La palabra que describe la situación es incertidumbre» dijo a la Associated Press Francisco José Santa Cruz Pacheco, gerente para Centroamérica de Pacific Credit Rating, una agencia de calificación de riesgo latinoamericana.

El Banco Continental fundado en San Pedro Sula en 1974, es por tamaño el octavo de los 16 bancos comerciales de propiedad hondureña. Representa el 3,23% del Sistema Bancario Nacional. Pero es el banco en que se depositan las cuentas del Grupo Continental, un conglomerado empresarial muy diversificado que da empleo a 11 mil en sectores como televisión, seguros o cemento que ahora esperan las consecuencias que podría tener la liquidación del banco en el desarrollo de sus operaciones diarias.

«El regulador debe investigar si el grupo accionario tiene participación en otras instituciones financieras del sistema para determinar la posibilidad de contagio», agregó Santa Cruz.

El gobierno ha emitido mensajes de tranquilidad a los 210 mil clientes y casi 1 mil empleados del Continental, que han formado colas y vigilias ante las sucursales desde el sábado. El Fondo de Seguro de Depósitos (FOSEDE) que depende del Banco Central de Honduras es la institución que garantiza el dinero de los clientes del banco, con un tope de 9 mil 600 dólares por cliente.

«La ley garantiza hasta esa cantidad para poner un orden en la devolución. Quienes tengan mayores cantidades pueden tener problemas y dificultades», dijo Santa Cruz.

El analista detalló que hay una prelación de pagos que empezará por los clientes más pequeños. A los inversionistas que tengan mayores cantidades se devolverá con el dinero que quede tras la primera ronda de pagos. «Es importante que las instituciones sean claras en los términos y plazos y que no se extiendan rumores», recalcó.

Todos los bancos están interconectados entre sí por obligaciones que, de no cumplirse, generarían perdidas en los acreedores.

Hoy el banco abrió sus 111 oficinas por primera vez desde que el 7 de octubre su propietario principal, Jaime Rosenthal, exvicepresidente del país en los años 80, fue acusado por el Departamento del Tesoro estadounidense de lavar dinero del narcotráfico.

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