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Pekín
Agencia/dpa

El principal índice de la Bolsa de Valores de Shanghái registró hoy una caída del 8.48 por ciento, el mayor descenso en ocho años, pese a las medidas adoptadas recientemente por el gobierno chino para apuntalar el mercado.

El SSE Composite Index bajó a 3,725.56 unidades, un 28 por ciento por debajo de su nivel récord registrado el pasado 12 de junio. El Shenzhen Component Index, menos amplio, perdió un 7.59 por ciento, para cerrar en 12,493.05 enteros. El índice Hang Seng de la Bolsa de Hong Kong bajó un 3.28 por ciento, para cerrar en 24,305.23 unidades.

China parecía haber estabilizado con éxito los mercados, después de que las Bolsas del país llegaran a perder más de un tercio de su valor a comienzos de julio.

A raíz de las pérdidas, las autoridades y el banco central del país asiático intervinieron para evitar el deplome. Este último inyectó 35 mil millones de yuan a comienzos de julio, al tiempo que se impidieron las nuevas salidas a Bolsa y se suspendió la cotización de hasta mil 400 empresas en los mercados de valores.

Desde el nivel más bajo alcanzado el 8 de julio, los mercados chinos habían logrado recuperarse en las últimas tres semanas. Sin embargo, los inversores temen ahora que las medidas adoptadas por el gobierno no tengan efecto a largo plazo.

Y es que el problema no está únicamente en los mercados, sino también en la marcha de la economía china: los beneficios de las grandes empresas cayeron en junio un 0,3 por ciento frente al mismo mes del año pasado, según informó hoy la oficina de estadísticas en Pekín.

El pasado viernes ya se dieron malas noticias para la coyuntura: el ánimo de los productores chinos cayó a su peor nivel en 15 años, según una encuesta.

Los datos económicos negativos y las restricciones en el comercio de acciones, que se han relajado ahora en parte, desataron ventas en ocasiones masivas, señalaron hoy los accionistas.

Además, aumenta la preocupación por una inminente subida de tipos de interés en Estados Unidos, que podrían poner bajo presión las acciones en los mercados emergentes, apuntan los analistas. Frederik Kunze, del banco NordLB, considera también la caída de hoy una reacción contraria «a la píldora tranquilizante» administrada por el gobierno chino a los mercados.

También otras bolsas asiáticas se vieron inmersas en la espiral de pérdidas, aunque de forma más moderada: el índice conjunto Stoxx 600 Asia/Pacific perdió un 1.74 por ciento y cayó a 171.54 puntos, mientas que el índice Nikkei de la Bolsa de Tokio perdió un 0.95 por ciento, hasta los 20,350.10 puntos.

Los accionistas se remitieron a las declaraciones del vicegobernador del banco central japonés, Hiroshi Nasako, que advirtió que el ritmo ralentizado de la economía china podría influir en las exportaciones japonesas.

Los expertos temen además que las turbulencias bursátiles puedan frenar el crecimiento económico de la segunda economía del mundo y que esto a su vez tenga consecuencias para toda la economía mundial.

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