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Por ELENA BECATOROS y RAF CASERT
ATENAS
Agencia/AP

Grecia está en camino de ser el primer país desarrollado que no paga una deuda con el Fondo Monetario Internacional mientras el país se hunde en una emergencia financiera que ha obligado a fijar drásticos controles al retiro de dinero de los bancos.

El país tiene una deuda de 1.600 millones de euros (1.900 millones de dólares) que se vence hoy, pero se ha quedado sin dinero y tras cinco meses de negociaciones con sus acreedores no hay esperanza de que reciba nuevos préstamos.

Cuando se preguntó al ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, si Grecia cubriría el pago al FMI, respondió: «No».

La parte europea del rescate internacional a Grecia expira a la medianoche de este martes y con él la posibilidad de acceder a los préstamos restantes que el país necesita para cubrir sus adeudos.

«El programa finaliza hoy, exactamente a la medianoche», dijo la canciller alemana Angela Merkel en Berlín. «No tengo indicios sólidos de que vaya a pasar lo contrario».

La crisis que se agudizó el fin de semana tras el llamado del primer ministro Alexis Tsipras a definir en referendo si el país acepta las reformas exigidas por los acreedores a cambio de más préstamos ha incrementado los temores de que el país pudiera abandonar la divisa común europea.

Si Grecia no paga al FMI antes de que se cumpla el plazo oficialmente entrará en cese de pagos y no podrá recibir más recursos del organismo hasta que se ponga al corriente. Esto, dijo la directora del FMI a la BBC la semana pasada, «nunca ha sucedido con una economía desarrollada».

Tras el anuncio del referendo, en el que el gobierno promueve el «no» a la propuesta de los acreedores, los griegos corrieron a las cajas automáticas para sacar dinero. La consulta se llevará a cabo el domingo y el gobierno ordenó el cierre de bancos por toda la semana. Los ciudadanos sólo pueden retirar un máximo de 60 euros (67 dólares) diarios.

Los controles comenzaron ayer y durarán una semana como remedio para evitar el derrumbe de los bancos ante una eventual corrida bancaria.

Hoy se especulaba que podría haber un acuerdo de última hora y según informes Tsipras analizaría una oferta del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. Los mercados bursátiles en Europa subían ante la posibilidad de que hubiera un acuerdo.

«Claro que no cortaremos los canales de comunicación tras la medianoche de hoy», dijo Merkel. «Eso significa que la puerta está abierta pero es todo lo que puedo decir en este momento».

Cuando se le preguntó si había esperanzas de acuerdo, Varoufakis dijo a periodistas: «Eso esperamos».

Tsipras habló por teléfono hoy con Juncker, el director del Banco Central Europeo Mario Draghi y el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, informó un funcionario griego quien no reveló el contenido de las negociaciones y pidió el anonimato.

En Bruselas, autoridades europeas dijeron que el jefe de la Comisión está dispuesto a ayudar a Tsipras si acepta las condiciones de los acreedores y hace campaña para que el país se mantenga en la zona euro.

Un funcionario de la UE, quien pidió que no se le identificara por lo sensible de las conversaciones, dijo que se trata de una «especie de oferta de último minuto» antes de que se venza el plazo hoy.

Tsipras tendría que escribir a Juncker y otros dirigentes para informarles que acepta la oferta presentada el fin de semana. Además tendría que cambiar su posición ante el referendo del domingo.

Además de la aceptación de las condiciones de los acreedores, la vocera de la comisión, Margaritis Schinas, dijo que la oferta también incluye aspectos no especificados acerca de la pesada deuda de Atenas, que rebasa los 300.000 millones de euros y representa 180% de su Producto Interno Bruto. La parte griega ha pedido una reducción de la deuda ya que la considera insostenible.

Tsipras sostiene que las demandas de mayores medidas de austeridad exigidas por los acreedores no pueden aceptarse luego de seis años de recesión.

Autoridades europeas y la oposición griega han advertido que si gana el «no» en el referendo Grecia quedaría obligada a abandonar la eurozona. El gobierno respondió diciendo que esto es alarmista y que el rechazo a las condiciones de los acreedores colocaría al país en una mejor posición para negociar.

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