Por CLAUDIA TORRENS,
NUEVA YORK
Agencia AP
El plazo de la medianoche del miércoles para llegar a un acuerdo con los tenedores de bonos se cumplió y el ministro de Economía argentino Axel Kicillof se mantuvo firme en la posición de su gobierno de que no podía aceptar un acuerdo con los acreedores de fondos de cobertura estadounidenses que califica como «buitres». Kicillof dijo que los fondos rechazaron una oferta de acuerdo durante las conversaciones que acabaron varias horas antes, aunque no dio detalles de esa propuesta.
«No vamos a firmar ningún compromiso que comprometa el pueblo argentino», dijo Kicillof después de salir de una reunión con los acreedores y un mediador en la ciudad de Nueva York. «Que se queden tranquilos los argentinos. Mañana será otro día y el mundo seguirá andando».
Pero el mediador designado por la corte, Daniel Pollack, dijo que la suspensión de pagos podría perjudicar a los tenedores de bonos que no formaban parte de la disputa, así como la economía argentina, que sufre una recesión, escasez de dólares y una de las tasas de inflación más altas del mundo.
«El alcance de las consecuencias del default no es previsible, pero ciertamente no es positivo», dijo Pollack.
Un fallo anterior de una corte de Estados Unidos había impedido que Argentina hiciera pagos de intereses por 539 millones de dólares para la medianoche del miércoles a otros tenedores de bonos que acordaron planes de reestructuración por separado con el país en 2005 y 2010.
Portavoces de NML Capital, el principal bonista litigante, dijeron pasada la medianoche que Pollack ofreció «numerosas soluciones creativas» para resolver la cuestión, muchas de las cuales, eran «aceptables» para NML, indico.
«Argentina se negó a considerar seriamente cualquiera de ellas y en su lugar escogió la suspensión de pagos», dijo el portavoz, que habló bajo la condición reglamentaria de no ser identificado.
Los bonistas litigantes se negaron a participar en las reestructuraciones de la deuda y ganaron un juicio en un tribunal estadounidense para que se les pague el valor total de sus bonos más los intereses, que actualmente se calculan en unos 1.500 millones de dólares.
Kicillof desestimó la decisión de la agencia calificadora Standard & Poor’s de rebajar la calificación crediticia en moneda extranjera de Argentina a «default selectivo» debido a los pagos de intereses que no se realizaron.
«¿Quién cree en las agencias calificadoras? ¿Cómo un país solvente con capacidad de pago va a estar en default?», dijo.
La presidenta argentina Cristina Fernández se había negado desde hace tiempo a negociar con los acreedores de fondos de cobertura, a los que a menudo llama «buitres» por escarbar en el cadáver de la mora del país por 100.000 millones de dólares en 2001.