Guatemala pagó en el 2021 por concepto de servicios de deuda pública un total de Q14 mil 485.7 millones, monto que equivale al 2.2% del Producto Interno Bruto (PIB), al 18.6% del total de ingresos tributarios del 2021, y al 13.5% del total del Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado para el ejercicio fiscal 2022. De dicho monto Q11 mil 545.8 millones corresponden solo a intereses.
Por el contrario, durante el ciclo lectivo 2021, el Ministerio de Educación (Mineduc) invirtió Q1,895 millones en siete entregas del Programa de Alimentación Escolar para beneficiar a 2.6 millones de estudiantes de 29 mil centros educativos.
Sin embargo, esta inversión en capital humano, que el Mineduc señala está dirigida a reducir la desnutrición, ausentismo y la repitencia escolar, queda relegada porque se destinan 6 veces más recursos para el pago de intereses por la deuda que ha acumulado el país.
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Para este 2022, el Gobierno asignó en el Presupuesto General Q15 mil 312 millones para los servicios de deuda pública, de los cuales Q10 mil 566.5 millones corresponden a intereses. En participación porcentual este rubro ha disminuido por el aumento del presupuesto y las correspondientes ampliaciones en lo que va del presente año.
En comparación con el 2019, cuando fue de Q12 mil 692.5 millones, el servicio de deuda del año pasado aumentó un 14.86% y un 5.79% en relación con el 2020 (Q13 mil 427.8 millones).
Sin embargo, para los próximos años el gobierno ha señalado que los intereses se reducirán debido al préstamo de US$500 millones aprobado por el oficialismo que se utilizará en deuda a una tasa de interés más baja.
De acuerdo con datos del Ministerio de Finanzas Públicas (Minfin), al 31 de diciembre de 2021 la deuda pública del país ascendía a Q204 mil 666 millones, sin contar los préstamos aprobados y la emisión de Bonos del Tesoro para este año. Esto representa alrededor del 31% del PIB.
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INTERESES CONSUMEN MÁS DEL 13% DEL PRESUPUESTO
Los intereses que se pagan por concepto de deuda pública este año consumen el 10% de los Q106,229.4 millones del Presupuesto General de la Nación. Además, el monto de dichos intereses solo es superado por el presupuesto del Mineduc con Q19,953.9 millones y el Ministerio de Salud por Q12,743.7 millones.
El resto de las asignaciones para entidades estatales están por debajo de los recursos destinados a los intereses para este año (Q10,566.5 millones). Esto también significa que el gobierno destina más dinero para este rubro que para la inversión en infraestructura.
Además, una buena proporción de los impuestos que pagan los guatemaltecos se utilizan en ese rubro. Por ejemplo, aproximadamente un 80% de lo recaudado por IVA doméstico correspondería al referido pago de servicio de deuda, mientras que al comparar con el ISR sería el 62%.
Un elevado saldo de deuda y el hecho de que Guatemala la contrate muy cara, en especial, deuda bonificada interna hace que el rubro destinado al pago de intereses cobre relevancia dentro del Presupuesto General de la Nación.
LOS INTERESES DE DEUDA VAN EN ASCENSO
Irene Flores, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), comentó para LH Economía que los servicios de deuda pública han registrado una tendencia ascendente en los últimos 20 años.
Reconoce que desde el aspecto macroeconómico el país es “sano” para adquirir deuda; sin embargo, el problema es precisamente el pago de intereses y las comisiones que genera.
“Hablamos de casi un 14% del Presupuesto de Egresos del Estado que se pagan en servicios de deuda, por lo tanto, ese dinero no se puede destinar a atender otras necesidades”, explicó Flores.
También indicó que el crecimiento del nivel de intereses representa una parte importante de la recaudación tributaria, como consecuencia “se comprometen cada vez más los ingresos que se generan vía impuestos, por ello, hay menos dinero de la recaudación para destinar a inversión”.
GUATEMALA AÚN NO ES UN PAÍS VULNERABLE A LA DEUDA
Desde el punto de vista del cumplimiento de los estándares de deuda que recomiendan los organismos financieros internacionales, Abelardo Medina Bermejo, economista senior del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), explicó que Guatemala es vista como “un país no vulnerable”, cuya administración de deuda se puede considerar satisfactoria.
Entre dichos estándares, figura el criterio de que los intereses de la deuda no deben ser mayores al 30% del Presupuesto ni mayores al 3.3% del PIB.
LOS EFECTOS DE CONTRATAR DEUDA
“Deuda hoy implica una reforma tributaria en el futuro”, señaló la analista del CIEN, en referencia a que con el tiempo habrá que identificar de dónde se pueden generar más ingresos, ya que el gobierno no será capaz de generarlos por sí mismo.
“Las autoridades deben tener una estrategia de endeudamiento de largo plazo para identificar las necesidades de inversión por las cuales se va a contratar nueva deuda. También eso implica diseñar una estrategia de pago de esa deuda”, explicó la profesional.
Agregó que en los últimos 20 años “simplemente se ha utilizado deuda para sostener las alzas del lado del gasto, que son principalmente en el gasto de funcionamiento y no en el de inversión”.
Bajo ese contexto, reiteró que el hecho de orientar la deuda principalmente a gastos de funcionamiento y no a inversión, es una práctica que no se puede sostener en el tiempo, tomando en cuenta el nivel de recaudación de Guatemala.
SE DESVÍAN RECURSOS PARA EL BIENESTAR SOCIAL
A pesar de que desde los criterios macroeconómicos pareciera que Guatemala no tiene ningún problema en el manejo de la deuda, para el economista del Icefi existen otros aspectos discutibles relacionados con los recursos que se dejan de percibir para la inversión pública.
“Conforme va creciendo el nivel de servicio de la deuda, desviamos más recursos. Es decir, que como no crece el Presupuesto cada vez estamos usando más montos para pagar intereses de la deuda, en lugar de utilizarlos en bienestar de los guatemaltecos”, señaló Medina Bermejo.
OFICIALISMO LOGRÓ APROBAR US$500 MILLONES
Tras semanas de buscar la aprobación del “Préstamo para Políticas de desarrollo de respuesta y recuperación ante la crisis en Guatemala (DLP, en inglés)” por US$500 millones, financiado por el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), el oficialismo logró su cometido el 19 de mayo.
Según el gobierno, dicho crédito “no es deuda” porque reducirá el costo de la tasa de interés de la deuda pública generando un ahorro para las finanzas estatales. En su versión original esos recursos estaban destinados a “amortiguar los impactos en ingresos, nutrición y empleo de los grupos vulnerables” por la pandemia del COVID-19.
Sobre dicho préstamo, Flores considera que puede ayudar a abaratar la deuda contratada siempre que las condiciones de negociación sean adecuadas, aunque lo más importante es tener una estrategia de financiamiento a largo plazo, para lo cual se deben determinar las necesidades de inversión a resolver.
“Para qué estamos contratando un nuevo préstamo que al final es deuda, un poco más barata o no, pero es deuda, esto va a subir el rubro de intereses. Una justificación de que es deuda más barata es una explicación parcial y pobre. Se necesita una visión mucho más integral”, indicó la ejecutiva.
POCA CERTEZA DE LA INVERSIÓN DE LA DEUDA
Por otra parte, Medina Bermejo señaló que el principal problema del sector público no recae solo en el volumen de la deuda y tasas de interés, sino en que esos fondos se inviertan apropiadamente.
“No hay certeza de que los recursos con los que se está endeudado el país están siendo bien utilizados porque no hay criterios de evaluación de la calidad en el gasto público, sobre todo porque la Contraloría General de Cuentas hace un muy mal trabajo”, aseveró el economista.
Asimismo, recomienda que el gobierno elimine todos los gastos que no contribuyen al bienestar social como la Secretaria de Asuntos Administrativos y de Seguridad (SAAS) y el Parlamento Centroamericano.
PRÁCTICAS CUESTIONADAS EN EL MANEJO DE LA DEUDA
La analista de CIEN destacó que en los últimos años han observado en el Presupuesto General una práctica que se ha afianzado en el tiempo en proporciones importantes, se trata de usar deuda para pagar sus intereses.
Por su parte, el economista del Icefi, recalca que el país tiene una deuda interna mucho mayor que la externa debido a que las tasas de interés de la banca local son más altas que las de instituciones internacionales; por ello, recomienda contratar menos deuda con los bancos nacionales, así como mejorar la recaudación de impuestos.
USOS EFICIENTES DE LA DEUDA PÚBLICA
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), menciona en su informe “Vivir con deuda” que la deuda pública es un instrumento de la Política Económica que puede usarse de dos formas: eficientemente o excesivamente.
Un uso eficiente es aquel que contrata deuda para metas establecidas como:
USO EXCESIVO DE LA DEUDA PÚBLICA
Sobre el uso excesivo, la entidad señala que puede tener un impacto negativo de larga duración, como imponer una carga a las generaciones futuras que no gozaron del uso de los recursos, desplazar la inversión privada y exacerbar la propensión de un país a crisis financieras o brotes inflacionarios.
En ese sentido, un país puede o debería considerar las razones por las cuales solicita un préstamo o emite bonos, por ejemplo:
LIMITACIONES PARA LA CONTRATACIÓN DE DEUDA
Según el documento del BID también existen limitaciones para la contratación de deuda que se deben considerar. En el caso de los gobiernos se mencionan las siguientes:
BID: OBTENCIÓN DE PRÉSTAMOS PUEDE ESTAR SESGADA
Los gobiernos pueden obtener préstamos para mejorar el bienestar general de la sociedad, al financiar inversiones de larga duración y preservar el nivel de vida en períodos de dificultades temporales, destaca el informe del BID.
Aun así advierte que las decisiones del gobierno sobre la obtención de préstamos pueden verse distorsionadas por sesgos políticos y debido a su imponente tamaño, los errores y las malas acciones en esta materia, tendrán consecuencias de largo alcance.
LA DEUDA CRECIENTE NO ES SOSTENIBLE
“Se considera que la deuda no es sostenible cuando crece de forma permanente, es decir, que todos los años aumenta aunque sea despacio”, planteó Medina Bermejo.
Con lo anterior, hace referencia a que en algún momento en el futuro, asumiendo que las condiciones de crecimiento económico sigan igual, el crecimiento constante de la deuda pública puede provocar que Guatemala sea considerada como un país vulnerable.