La importación de vehículos usados, en su mayoría de Estados Unidos, mostró una recuperación en el 2021 cuando registró 145 mil 963 unidades, para un aumento del 41% en comparación con el 2020, año que registró una caída del 21.2% al pasar de 131 mil 579 unidades ingresadas en el 2019 a 103 mil 575, de acuerdo con datos de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), sin incluir las motocicletas.
A pesar de la recuperación, las restricciones de movilidad por la pandemia del COVID-19, el aumento del precio de fletes y combustibles, la escasez de microchips, atrasos administrativos en las aduanas y alta demanda de autos versus la poca oferta, son algunos de los factores principales que, según importadores entrevistados por LH Economía han perjudicado estos últimos dos años al sector.
De acuerdo con Pedro Ortiz, dueño de Impochito, empresa que importa vehículos, semirremolques, equipos para transporte y despacho de combustible, el precio de los automóviles usados subió un 40%.
Además, detalló que los vehículos tipo sedán, SUV y de transporte pesado presentan las mayores alzas, en parte por ser de los más solicitados por los guatemaltecos.
Mientras que Estados Unidos reportó un incremento de precios interanual del 37.3% durante el 2021.
PREDOMINAN LOS AUTOS USADOS
Cabe resaltar que los autos usados importados de EE. UU. predominan más que los autos nuevos en el país, de acuerdo con la base de datos de la SAT, que en promedio aumentó anualmente 9.7% de 2004 a 2021, mientras que los nuevos únicamente crecieron a una tasa anual de 1.89% en el mismo periodo.
A partir del 2015, la importación de usados superó 100 mil unidades, manteniendo la misma tendencia hasta la fecha, para superar por mucho la cantidad de autos nuevos, con registro en el 2021 como el año de mayor recepción para este rubro con 44,953 unidades.
PRIMER IMPACTO DE LA PANDEMIA
Según Ortiz, tras la llegada del virus COVID-19, se vio afectada la operación logística de movilidad pues cientos de compradores, incluido él, se encontraban en Estados Unidos en proceso de compra.
“Hubo muchas personas que tuvieron que quedarse en Estados Unidos, entonces no lograban terminar la operación de llegar a Guatemala, al igual que muchos que estaban por viajar de Guatemala para Estados Unidos se quedaron estancados”, detalló.
Luego de seis meses de cierre en las portuarias y aeropuertos, Ortiz pudo retomar sus operaciones; sin embargo, reconoció que durante el cierre, al igual que otros colegas del sector, se dedicó a otro tipo de negocios ya que los “gastos no pararon”.
DESAFÍOS DE REACTIVACIÓN
Aunque la reactivación de las importaciones fue un alivio para los importadores, nuevos desafíos se sumaron a la ecuación, que ahora se enfrentan a aumentos en el precio de fletes, autos usados, repuestos, combustibles, viáticos e impuestos.
De acuerdo con el importador Alex Villa, las grúas que sacan los vehículos de las subastas de EE. UU. subieron sus precios, al igual que los fletes de tacuazinas, hoteles y la alimentación.
Ortiz recordó que cuando las fronteras se abrieron y retomaron sus viajes, al momento de ingresar a Guatemala con las primeras cargas se presenció un “gran desorden” en las aduanas y dejaron las cargas paralizadas casi dos semanas en la frontera del lado de México.
ALZA DE COMBUSTIBLES = ALZA DE PRECIOS
Como consecuencia de la serie de aumentos, Villa indicó que los importadores se vieron en la necesidad de aumentar el costo del flete, ya sea vía marítima o terrestre; además, los horarios de las aduanas por la pandemia continúan siendo una limitante.
Según Villa, en 2019 y 2020 era posible importar tres vehículos con la misma cantidad de dinero que hoy en día se utiliza para dos.
Por su parte, Ortiz destacó que con el alza de los combustibles se incrementó el valor del flete y para cubrir los costos aumentó el valor de la factura, por ende, ahora deben pagar más impuestos.
Además, señaló que debido a la baja calidad de las carreteras del país las unidades de transporte de automóviles se deterioran más rápido y como consecuencia aumentan el precio del flete para cubrir los gastos de mantenimiento.
AUMENTO DE PRECIOS DE AUTOS USADOS
Además del incremento del flete, ambos compradores coinciden en que la cantidad de carros usados destinados para Guatemala disminuyó debido al aumento de su precio en EE. UU., así como la poca disponibilidad de modelos que influye en la baja oferta en las subastas.
Villa resaltó que la gente en Guatemala está acostumbrada a “precios cómodos” cuando se trata de transporte, lo que ha dificultado las ventas.
Villa, quien tiene 12 años de experiencia importando, ejemplificó lo siguiente:
· Honda CR-V 2007 al 2010: Precio de mercado en el 2019, 2020 y mitad de 2021:
Entre Q40 mil a Q48 mil
· Honda CR-V 2007 al 2010: Precio de mercado de mediados de 2021 al primer trimestre de 2022:
Entre Q55 a Q65 mil
PRECIOS AUMENTAN 37.3% EN EE. UU.
De acuerdo con la Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU., el incremento en los precios de los automóviles y camiones usados se disparó cada mes hasta sumar un aumento interanual de 37.3% en el 2021, y según los datos preliminares, al término de marzo de 2022 el alza de los precios alcanzó un 35.3%.
Este aumento comenzó en junio de 2020, al subir los precios del 10.5%, y en los primeros seis meses de 2021, ya superaba el 31%.
INCREMENTOS DEL 25%
Ortiz atribuyó el incremento del precio de los camiones y automóviles en Guatemala al apoyo económico que otorgó la administración de Joe Biden a la población estadounidense.
“Había muchas personas que no tenían necesidad de ir a trabajar por los bonos, entonces muchas compañías, como Freightliner, que fabrican camiones nuevos, tuvieron problemas en su producción (…) entonces los camiones escasearon por la poca mano de obra”, señaló Ortiz.
Lo anterior, aunado a que en algunos Estados, como California, donde se aprobó una prórroga de tiempo de uso para el transporte pesado, significó que a medida que escasearon los camiones en EE. UU. también impactó para Guatemala.
“Las personas ya no desecharon tan fácil sus carros, por lo tanto, a los importadores nos afectó porque no tenemos mucho donde escoger, hay, pero no es como antes”, agregó el dueño de Impochito.
El importador con 7 años de trayectoria, agregó que los precios de los vehículos usados aumentó un 40%, así “un cabezal que costaba US$7,000 previo a la pandemia, ahora lo compramos a US$10,000”.
De esa cuenta, los vehículos Sedan, SUV y camiones son los más demandados por los guatemaltecos, también los más afectados por los incrementos de precio.
ESCENARIO POSITIVO PARA LOS AUTOS NUEVOS
De forma contraria, Jean Pierre Devaux, director ejecutivo de la Asociación de Importadores y Distribuidores de Vehículos Automotores (AIDVA), indicó a LH Economía que a pesar de las perturbaciones del 2020, el 2021 fue un año muy bueno para los vehículos nuevos y entre las razones recalcó el aumento en el precio de los autos usados.
“Incide en que muchos vehículos usados de Estados Unidos estaban siendo demandados y eso podría haber incrementado su valor y por ende, muchas personas en lugar de comprar un vehículo usado a un alto precio, mejor se dirigieron a comprar uno nuevo”, explicó Devaux.
Sin embargo, reconoció que el sector de autos nuevos también se enfrenta a varias problemáticas, como el hecho que uno de los mayores fabricantes de microchips sufriera un incendio en el peor momento: en plena escasez global de semiconductores.
Según Devaux, otro detonante son las congestiones del transporte marítimo de contenedores dando como resultado una baja a nivel mundial en la producción de vehículos.
En el caso de Guatemala, al no ser un importador importante de automóviles en comparación con otros países, no es prioridad para las compañías de la industria automotriz, por ello las entregas tienen un retraso de tres a cinco meses.
LENTA RECUPERACIÓN DE CAPITAL
También Ortiz comentó que hasta la fecha no ha logrado recuperar la inversión de su capital y considerando el estancamiento de 5 a 6 meses del 2020, calcula que debe trabajar un año completo con el ritmo prepandemia para estabilizar sus ingresos.
Por su parte, Villa señaló que muchos clientes dejaron de invertir por el miedo y la incertidumbre de la pandemia. ”Solo los que teníamos carros y presupuesto nos arriesgamos”, dijo.
IMPUESTOS Y RETRASOS ADUANEROS
Otro factor que según Ortiz ha repercutido en la cantidad de autos usados importados es el lento proceso en la SAT para la entrega de placas y un aumento en los impuestos.
Agregó que la SAT programa citas con un rezago de dos a cuatro meses para tramitar placas, mientras previo a la pandemia, al siguiente día de ingresar las unidades podía hacer el trámite.
“Ellos ya cobraron sus impuestos al ingresar, ¿qué cuesta si al salir de la aduana dan un número de póliza, también puedan dar la facilidad, en ese momento, de cobrar las placas?”, aseveró Ortiz.
Agregó que eso facilitaría el trabajo para la SAT, porque se aseguraría que cada carro que salga de la aduana tenga sus primeras placas y esté en orden con sus papeles.
Relató cómo algunas personas que solicitan sus servicios para traer un carro de urgencia se han visto perjudicadas con las nuevas citas de la SAT, ya que aparte de los 15 días que se demora en traerlo y repararlo, los clientes deben esperar varios meses para tramitar las placas y utilizar el automóvil.
Sobre los impuestos, el IPRIMA asegura que ha incrementado de un 10 al 15%, situación que habría orillado a otros importadores a abandonar el negocio, según Ortiz porque quienes solicitan préstamos bancarios para comprar autos usados, les es imposible recuperar su dinero.
Sin embargo, la SAT sostiene que el IPRIMA no ha cambiado, sino solo el valor de referencia del vehículo cada año, por lo que se puede percibir que hay un aumento, pero en realidad lo que sube es el valor del vehículo en la tabla, no el cálculo del impuesto.
AGILIZACIÓN EN LAS ADUANAS
Ortiz desea que las autoridades agilicen en las fronteras otorgar en un solo trámite las placas porque reactivaría la importación que había en el pasado, debido a que ante esos problemas, muchas personas se han dedicado al comercio sin pagar impuestos
Finalmente, el dueño de Impochito, prevé que de continuar las aduanas el mismo ritmo de trabajo, el sector se recuperará completamente hasta mediados del 2024.