Estudio, pensiones, Vejez
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Aunque existe el mito de que la región de América Latina y El Caribe (ALC) es joven en su mayoría, un estudio de 2018 del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) destaca que gran parte de la población de la región podría envejecer hasta tres veces más rápido que algunos países europeos.

A dichas proyecciones, se les suma otro reciente estudio del BID de 2021, en donde se advierte el peligro fiscal que conlleva un acelerado envejecimiento en la población, el cual será mucho más rápido en los países en desarrollo, como Guatemala que aún no es capaz de asumir el costo económico.

De hecho, el BID estima que aún con la proliferación de pensiones no contributivas, 4 de cada 10 adultos mayores en ALC no reciben ningún tipo de pensión por vejez, y quienes la obtienen, muchas veces no les alcanza para escapar de la pobreza.

Según la investigación, a menos que los gobiernos adopten medidas correctivas más eficaces en los próximos años, el envejecimiento de la población conducirá a aumentos en la proporción del gasto en salud del Producto Interno Bruto (PIB), planteando riesgos para la sostenibilidad fiscal, especialmente en países con una política fiscal ya débil.

 

PENSIONES DEBAJO DEL PROMEDIO MUNDIAL

La situación de ALC se compara pobremente, en promedio, con las economías avanzadas con respecto a la equidad de los sistemas previsionales. La cobertura promedio (menos del 60%) está muy por debajo de la cobertura casi universal de dichos sistemas en el mundo desarrollado.

En el 2015, el gasto público total en pensiones promediaron alrededor del 4.5% del PIB en 18 de los principales países de ALC, oscilando entre un 0.6% en República Dominicana; 12.6% en Brasil y menos del 0.2% en Bahamas, Colombia, El Salvador, Guatemala y Perú.

VEJEZ EN CONDICIONES DE POBREZA

La persistencia de la informalidad laboral y los limitados mecanismos de protección social son para la entidad dos factores que colocan a América Latina y el Caribe como una región que corre el riesgo de envejecer en condiciones de pobreza.

A diferencia de la mayoría de las economías avanzadas, donde la tendencia del aumento de la esperanza de vida y la disminución de las tasas de fertilidad se consolida cada día más, en la mayoría de los países de bajos ingresos se estima que seguirán disfrutando de un incremento demográfico a mediano plazo, pero en otros se prevé un acelerado envejecimiento de la población en los próximos años.

En esta etapa de la vida enfrentan más dificultades para salir adelante. Foto La Hora

IMPLICACIONES FISCALES

De acuerdo con el BID, un factor importante es si un país ya ha tomado medidas para abordar las implicaciones del envejecimiento, a través de los cambios fiscales y correctivos no fiscales.

Un análisis elaborado por la Comisión Europea en su Informe de Sostenibilidad destaca cómo las reformas estructurales de las pensiones han moderado los riesgos para la sostenibilidad del sistema de pensiones en algunos países de la Unión Europea, Australia y Japón.

REFORMAR EL SISTEMA DE SALUD

A pesar de que algunos países ya han tomado medidas para tratar los daños colaterales de la rápida vejez, el estudio advierte que se ha logrado un progreso limitado para moderar el exceso de crecimiento de los precios de atención médica, especialmente a largo plazo.

HACIA LA ATENCIÓN MÉDICA PREVENTIVA

“Los países emergentes deben reformar sus sistemas de salud para mejorar la cobertura, reducir las disparidades espaciales y los gastos de bolsillo, reducir las ineficiencias técnicas y cambiar los recursos hacia la atención médica preventiva y primaria”, recalca la publicación del BID.

SISTEMAS DE PENSIONES

Según la entidad, la elección entre diferentes opciones de sistemas previsionales refleja ampliamente el peso relativo que los países asignan a los ingresos para las personas de edad avanzada versus la contención del costo fiscal de estos regímenes.

Es decir, que los países que priorizan los ingresos de las personas de edad avanzada, normalmente, han optado por sistemas previsionales de BID, que consisten en que las contribuciones de los trabajadores activos se utilizan para pagar las pensiones de los jubilados actuales, de acuerdo con una gama de parámetros tales como la edad de jubilación, el número de años de servicio y el salario promedio previo a la jubilación.

Mientras que los países que han priorizado la contención del costo fiscal de las pensiones, se han inclinado por sistemas de CD en donde las contribuciones se canalizan a cuentas individuales de ahorro y son invertidas en instrumentos financieros por administradores de fondos de pensiones.

La vejez es uno de los asuntos poco abordados en la región. Foto La Hora

PENSIÓN UNIVERSAL BÁSICA

Sin embargo, incluso los países que descansan principalmente en sistemas de CD, determinaron que era necesario incluir una pensión mínima garantizada y una red de seguridad social para las personas de edad avanzada en forma de pensión universal básica, ya sea condicionada a los recursos del beneficiario o no.

La investigación detalla que en la mayoría de países de la región, el sistema de prestaciones es indexado según la inflación, es decir que las prestaciones se calculan en relación con las variaciones del aumento generalizado de los precios de los bienes y servicios.

No obstante, en algunos se las indexa según el salario promedio y, en unos pocos como Guatemala, Panamá y Perú se ajusta periódicamente a discreción del gobierno.

 

ALTA INFORMALIDAD = BAJA COBERTURA

“La cobertura de los sistemas contributivos en ALC es baja. Se calcula que menos del 60% de los trabajadores activos de la región aportan al sistema previsional y solamente algo más de la mitad de las personas mayores de 65 años tienen derecho a recibir una jubilación o pensión de un esquema contributivo”, señala la publicación.

La baja cobertura se atribuye principalmente el alto grado de informalidad de los mercados laborales de la región y al hecho de que los trabajadores cambian continuamente entre trabajos formales e informales durante las diferentes fases del ciclo económico y, por lo tanto, no logran la cantidad de años de aportes necesarios para calificar para optar a una pensión contributiva.

PENSIONES NO CONTRIBUTIVAS

En particular, la publicación destaca que la baja cobertura de las pensiones contributivas dio lugar a que la mayoría de los países introdujera pensiones no contributivas, cuyos montos por lo general son inferiores al haber contributivo mínimo, mayormente localizadas en individuos de bajos recursos, y obtenibles a edades que van desde los 54 años hasta los 70 años, dependiendo del país y del género del beneficiario.

La situación se complica para ellos y su desarrollo. Foto La Hora

MEDIDAS CORRECTIVAS

Entre sus recomendaciones para afrontar en el futuro los costos fiscales asociados a este fenómeno demográfico, el BID puntualiza las siguientes:

· Economías con sistemas de BD: Podrían beneficiarse de aumentos progresivos de las edades legales y efectivas de jubilación; cobertura y altas tasas de reemplazo; cambios en el período laboral considerado para establecer el salario base y en las fórmulas de cálculo de las prestaciones podrían ayudar a que el sistema sea más sostenible y equitativo.

· Economías con sistema de CD: Deberían concentrar sus esfuerzos en expandir la cobertura, aumentar la edad mínima de jubilación y mejorar el régimen regulatorio y la administración de los fondos de pensiones.

· Países con baja cobertura de pensiones contributivas: Deben lograr, al establecer el alcance de las pensiones no contributivas, un equilibrio adecuado entre minimizar el riesgo de pobreza de las personas de edad avanzada y evitar desincentivar la formalidad laboral.

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