A partir de las protestas de 2018, Nicaragua ha permanecido bajo el velo de una inestabilidad sociopolítica que ha deteriorado las condiciones e indicadores económicos, como la caída de la actividad económica, inflación, fuga de capitales y retiro de la inversión extranjera, entre otros. Esto lastra aún más la calidad de vida de los más de 6.6 millones de nicaragüenses, de los cuales el 10.46% migran de forma irregular hacia Estados Unidos (44%) y Costa Rica (43%) en búsqueda de mejores oportunidades laborales.
De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Nicaragua es el tercer país más pobre de América según su Producto Interno Bruto (PIB) per cápita, por debajo de Venezuela y Haití. Entre los años 2018 y 2020 la economía nicaragüense medida por el PIB Real se contrajo de forma acumulada aproximadamente en 10%, equivalente a 4 años de pérdida económica.
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Del "hay que invertir en Nicaragua", al deterioro económico por el manoseo institucional ?? [https://t.co/6s0mWF8tct] pic.twitter.com/faN4vZeyUc— Diario La Hora (@lahoragt) January 28, 2022
Según el Instituto Nacional de Información de Desarrollo de Nicaragua (INIDE), la inflación nacional acumulada en el año 2021 fue de 7.21%, es decir un aumento del 146% en relación con la inflación reportada en el 2020 (2.93%), lo cual refleja que el país centroamericano no ha sido exento del aumento de precios a nivel internacional.
Además, la inflación subyacente, la que excluye el precio de los alimentos, energía y combustibles por su volatilidad, fue de 5.45% en 2021 y la inflación promedio anual se situó en 4.93%, todos por arriba de la meta establecida por la mayoría de los Bancos Centrales para mantener estable el precio de los bienes y servicios (4.0%).
DEMOCRACIA INCONSISTENTE
Al tomar como punto de partida abril de 2018, cuando estudiantes universitarios y campesinos salieron a calles en varios puntos del territorio nicaragüense a protestar y mostrar su oposición contra el gobierno de Daniel Ortega por una reforma en el sistema de seguridad social que disminuiría los beneficios económicos para los jubilados, aunado a un historial de acontecimientos por parte del gobierno que con el tiempo acrecentaron la indignación de la población.
La serie de protestas fueron reprimidas por el gobierno violentamente. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de la Organización de los Estados Americanos (OEA), estimó que 328 personas fallecieron en aquellos días de convulsión social, la mayoría a manos de la policía o civiles armados leales al régimen de Ortega, quien en su momento calificaron las manifestaciones como un intento de golpe de Estado.
Dichas protestas se convirtieron en un punto de ruptura en una tensa paz que imponía el gobierno. A partir de esos días la represión y la pérdida de libertad de los nicaragüenses fue más que evidente.
NIVELES DE POBREZA MOTIVAN LA MIGRACIÓN
De acuerdo con un estudio de la oenegé Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), reproducido por la prensa local, se detalló que a raíz del impacto económico ocasionado por la pandemia del COVID-19, alrededor de 2,4 millones de personas, un 36,9% de la población de Nicaragua, terminó en la pobreza al finalizar el 2020.
La tasa de pobreza general en Nicaragua pasó de 28.2% en 2019 a un rango de entre 32.2% y 36.9% en 2020, estimó el Funides, cuestión alarmante, ya que implica que entre 2.1 a 2.4 millones de nicaragüenses viven con UD$1.76 o menos al día.
UD$1.76 o menos
Es lo que utilizan 2.1 a 2.4 millones de nicaragüenses para sobrevivir al día
En la investigación, dicha oenegé también advirtió que la «profundización» de la recesión económica en Nicaragua debido al COVID-19 generaría un nuevo aumento en la tasa de desempleo pasando de 6.6% en 2019 a 9.2% en 2020, además aseveró una nueva contracción del PIB per cápita a nivel nacional.
Por su parte, el INIDE puntualizó en el Informe de Empleo de la Encuesta Continua de los Hogares al Tercer Trimestre de 2021 que la tasa global de participación laboral se ubicó en 66.6%, mostrando una reducción de 1.6 puntos porcentuales con respecto al mismo trimestre de 2020 y un incremento de 0.1 puntos porcentuales con respecto al segundo trimestre de 2021.
MIGRACIÓN EN NICARAGUA
Manuel Orozco, analista y director del programa de Migración, Remesas y Desarrollo del Diálogo Interamericano, indicó en octubre pasado que desde el 2018 han salido de Nicaragua más de 200 mil personas.
“Cuando la represión legal y coercitiva se implementó a partir de mayo de 2021 con el encarcelamiento de líderes políticos y precandidatos a la presidencia, salieron del país más de 80 mil personas. La migración a Estados Unidos creció de menos de 5.000 personas antes del 2018, a 60 mil este año. A Costa Rica y Panamá el número de personas que han entrado desde Nicaragua es similar”, sostuvo Orozco en un informe presentado por el también politólogo.
En relación con las remesas, el Banco Central de Nicaragua (BCN), reportó que el año pasado ingresaron al país US$2,146.9 millones, en su mayoría procedentes de EE. UU (US$139.4 millones), España, Costa Rica y Panamá respectivamente.
ELECCIONES INESTABLES
Las elecciones generales de 2021 se celebraron en un ambiente en contra de la democracia. Tres partidos políticos opositores fueron cancelados, siete aspirantes a presidente de la oposición fueron encarcelados y otros se fueron al exilio.
En aquel momento, Daniel Ortega allanó las oficinas de medios de comunicación no oficialistas y canceló la personería jurídica de oenegés no afines al oficialismo, bajo la “Ley de Regulación de Agentes Extranjeros”, aprobada el 15 de octubre de 2020 y la “Ley de defensa de los derechos del pueblo a la independencia, la soberanía y autodeterminación para la paz”, aprobada por la Asamblea Nacional el 21 de diciembre del mismo año.
Según un informe de la OEA, la utilización de dichas leyes tuvo como finalidad silenciar a los críticos, suprimir la competencia política y transformar el proceso electoral del 2021 en una penosa simulación.
Bajo ese contexto, el 7 de noviembre eligieron presidente y vicepresidente. Con los resultados viciados, Ortega consiguió el poder por quinta ocasión, por cuarto consecutivo y segundo con su esposa, Rosario Murillo como vicepresidenta.
Además, obtuvo el 76% de los votos, en un proceso con un abstencionismo estimado por organismos independientes de 80%, aunado a que su partido el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), se hizo de 72 diputaciones de 90 en la Asamblea Nacional.
Ortega ha sido el único candidato del partido FSLN y se ha postulado para presidente en ocho ocasiones consecutivas: 1984, 1990, 1996, 2001, 2006, 2011, 2016 y 2021. Es decir, que lleva 26 años ejerciendo como presidente de Nicaragua.
80%
Es el abstencionismo que se estimó en la última elección
ÍNDICE DE COMPETITIVIDAD DE NICARAGUA
Uno de los indicadores económicos de Nicaragua que sufrió indirectamente un daño colateral por los conflictos políticos, fue el índice de competitividad de 2019 publicado por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), donde obtuvo 51.52 puntos.
Este índice mide la capacidad que tiene un país para proveer a sus habitantes de un alto nivel de prosperidad. Para su análisis se agrupan 12 pilares de competitividad que evalúan las políticas, factores económicos y condiciones institucionales de cada país para determinar su nivel de productividad.
Con el resultado del Índice de competitividad, publicado por última vez en 2019 por el WEF, Nicaragua mejoró su puntuación respecto al informe del año anterior en el que obtuvo 51.5 puntos.
No obstante, dicho valor sitúa al país en el puesto 109, lo que significa que tiene un nivel de competitividad global deficiente en comparación con el resto de los 141 países que participan en el ranking, además, refleja que su situación económica ha empeorado ya que en el 2018 se ubicaba en el puesto 104.
INVERSIÓN EXTRANJERA DIRECTA
El Banco Central de Nicaragua (BCN) publicó el 4 de noviembre de 2021 una actualización e informe sobre la evolución de la Inversión Extranjera Directa (IED) en Nicaragua al primer semestre de 2021.
De acuerdo con la entidad, la IED al igual que otros países de la región, mostró una tendencia de recuperación, alineada con la recuperación de la actividad económica y de la economía mundial.
“En el primer semestre de 2021 los ingresos brutos de IED en Nicaragua ascendieron a 632.1 millones de dólares, los cuales representaron 1.9 veces al monto registrado en igual periodo de 2020, cuando fue de 334.9 millones de dólares”
BCN.
De acuerdo con el BCN, el aumento de la IED provino principalmente por nuevas inversiones en el sector de energía y minas, y mayores reinversiones de utilidades en empresas de los sectores de manufactura, telecomunicaciones y comercio y servicios, entre otros.
Adicionalmente, el monto de los ingresos por IED representó el 9.3% del PIB, a pesar de la recuperación, la Inversión Extranjera Directa del país en el 2020 fue la más baja desde 2018 cuando se redujo en 63.75% en comparación con el 2019.
En 2017, el año previo a las protestas contra el gobierno de Ortega, la IED en Nicaragua superó los US$1.035,4 millones, el monto más alto registrado en los últimos cinco años.
REACCIÓN INTERNACIONAL
A partir de las elecciones celebradas en 2021, varios organismos internacionales mostraron su preocupación ante un proceso electoral. La OEA detalló en su informe que dicho proceso “no contó con las garantías mínimas para la celebración de comicios creíbles”.
Agregó que el Estado no solo fue “incapaz” de emprender las reformas electorales que permitieran un proceso con condiciones básicas, sino que de forma contraria “emprendió un proceso para eliminar toda competencia real y cualquier capacidad de la oposición política para participar con mínimas garantías en la contienda electoral”.
Por otra parte, Human Rights Watch calificó las elecciones como una farsa porque meses antes de que se llevaran a cabo, el gobierno de Ortega detuvo y procesó arbitrariamente a 39 líderes opositores y empresarios contrarios al régimen, la mayoría acusados de supuesta “conspiración y traición a la patria”.
Además de no contar con las observaciones internacionales de la OEA y Unión Europea, el gobierno tampoco permitió el ingreso de periodistas de agencias internacionales para informar sobre el proceso electoral.
La comunidad internacional rechazó el proceso electoral en Nicaragua al considerar que las elecciones no fueron libres, únicamente Venezuela, Cuba, Bolivia y Rusia dieron su apoyo al presidente Ortega.