La Declaración Universal de Derechos Humanos es la que delinea muchas de las acciones en defensa de las garantías de los ciudadanos de una nación. Foto La Hora/ONU
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Naciones Unidas recortó significativamente el miércoles su previsión de crecimiento económico mundial para este año, del 4% al 3,1%, afirmando que la guerra en Ucrania ha provocado un aumento de los precios mundiales de los alimentos y las materias primas al tiempo que ha exacerbado las presiones inflacionarias, poniendo en peligro la frágil recuperación global después de la pandemia de COVID-19.

El pronóstico de mediados de 2022 del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU dijo que la reducción en las perspectivas de crecimiento es de base amplia, pues incluye tanto las economías más grandes del mundo (Estados Unidos, China y, más significativamente, la Unión Europea) y la mayoría de los demás países desarrollados y en vías de desarrollo.

El informe llamado «Situación y perspectivas de la economía mundial» advirtió también que incluso el pronóstico actual de 3,1% «enfrenta importantes riesgos a la baja debido a una mayor intensificación de la guerra en Ucrania y posibles nuevas oleadas de la pandemia».

«Esta desaceleración y la guerra en Ucrania —al desencadenar fuertes aumentos en los precios de los alimentos y los fertilizantes— afectarán particularmente a los países en desarrollo, exacerbando la inseguridad alimentaria y aumentando la pobreza», advirtió el informe.

Según el pronóstico de la ONU, se prevé que la inflación mundial aumente al 6,7 % en 2022, el doble del promedio del 2,9 % durante 2010-2020, con aumentos fuertes en los precios de los alimentos y la energía.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, citado en un comunicado de la ONU en español, declaró: «La guerra en Ucrania, de modo generalizado, está en la actualidad generando una crisis que también se acompaña de un efecto devastador en los mercados energéticos a nivel global, interrumpiendo los sistemas financieros y acentuando las propias vulnerabilidades extremas dentro del mundo en desarrollo».

 

«Es necesaria una actuación rápida y decisiva para garantizar un flujo constante de los alimentos y la energía en los mercados abiertos, mediante el levantamiento de las restricciones a la exportación, la asignación de excedentes y reservas a aquellos que lo necesiten y sin dejar de abordar el problema del aumento en los precios para atenuar la volatilidad de los mercados», agregó.

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