Las empresas estadounidenses añadieron apenas 194,000 empleos en septiembre, una segunda ganancia tibia consecutiva y evidencia de que la pandemia todavía hace mella en la economía, con muchas empresas pasando trabajos para cubrir millones de puestos de trabajo vacantes.
El reporte del Departamento de Trabajo hoy mostró además que la tasa de desempleo cayó a 4.8%, de 5.2% en agosto. Las ganancias de empleos del mes pasado fueron menos incluso que el modesto total de 336,000 que la economía había añadido en agosto y fueron las menores desde diciembre, cuando las empresas redujeron posiciones.
La economía está mostrando algunos indicios de estar emergiendo del lastre de la variante delta de coronavirus, en momentos en que declinan las nuevas infecciones, aumenta ligeramente el número de comensales en restaurantes y con los consumidores dispuestos a gastar. Sin embargo, las nuevas infecciones seguían altas al comenzar septiembre y los empleadores siguen teniendo problemas para encontrar trabajadores porque muchas personas que perdieron sus empleos durante la pandemia no han comenzado aún a buscar trabajo de nuevo.
Aparte, los atascos en la cadena de abastecimiento también empeoraron, desacelerando la producción en fábricas, la construcción de viviendas y vaciando algunos estantes en tiendas.
La proporción de personas en Estados Unidos con empleo o buscando empleo –conocida como participación laboral– declinó en septiembre, de 61.7% a 61.6%, bien por debajo del nivel prepandemia de 63.3%, dijo el reporte de hoy. Muchos economistas esperaban que la reapertura de escuelas, la expiración de la ayuda federal por desempleo y la aceleración de las vacunaciones llevara a más personas a buscar trabajo, pero eso no sucedió en septiembre.
La baja del mes pasado en la participación laboral fue un reflejo enteramente de parte de las mujeres, lo que indica que muchas madres trabajadoras siguen cuidando a sus niños en casa. Para los hombres, la participación laboral se mantuvo sin cambios.
Aunque algunas escuelas reabrieron sus puertas en septiembre, algunos programas de cuidados infantiles tras el fin de clases no estaban funcionando aún. Además, los cuidados infantiles se han vuelto más escasos y costosos. Adicionalmente, los brotes de coronavirus han forzado a algunas escuelas a cerrar temporalmente, dificultando que las madres puedan retener sus empleos.