Millones de personas en Gran Bretaña enfrentan un invierno largo y sombrío, a medida que el aumento del costo de la vida coincide con el fin de programas de gobierno que protegían a las familias de las consecuencias económicas del COVID-19. Foto la hora: Matt Dunham/AP
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Millones de personas en Gran Bretaña enfrentan un invierno largo y sombrío, a medida que el aumento del costo de la vida coincide con el fin de los programas del gobierno que protegían a las familias de las consecuencias económicas de la pandemia de COVID-19.

El programa más grande de asistencia, que buscaba mantener los empleos al subsidiar los sueldos de los trabajadores cuyas jornadas se vieron cortadas por la pandemia, finaliza hoy. Alrededor de 1.6 millones de personas aún se beneficiaban con el llamado programa de licencias, comparado con la cifra máxima de 8.9 millones en mayo del año pasado.

Asimismo, un aumento de los pagos del seguro social finaliza la semana entrante, lo que significa una reducción de casi 1,100 libras (1,480 dólares) anuales. También finalizan gradualmente la ayuda a los inquilinos afectados por la pandemia. Mientras tanto, 15 millones de familias enfrentan un aumento del 12% en las cuentas de electricidad, que se suma a la inflación de los precios al consumidor, que el mes pasado alcanzó su nivel más alto en nueve años.

El panorama se vuelve aún más sombrío con las largas filas de conductores para llenar sus tanques, porque la escasez de choferes de camión redujo las entregas de combustibles. Los diarios hablan de escasez de todo para la Navidad, desde pavos hasta juguetes, a menos que se resuelva rápidamente la crisis.

«Al país y el mercado laboral le aguardan un otoño realmente duro», dijo Charlie McCurdy, economista de un instituto que investiga cómo elevar el nivel de vida de las familias de entre bajos y medianos ingresos. «Podemos prever que las familias en todo el país verán reducido su nivel de vida».

Entre titulares como «Prepárese para un invierno del descontento» y «Boris en batalla por salvar la Navidad», crecen los temores sobre el liderazgo del primer ministro Boris Johnson y aumentan las presiones para que dé más ayuda a los consumidores afectados.

El líder del opositor Partido Laborista, Keir Starmer, se mofó de la promesa de Johnson de «nivelar hacia arriba» los ingresos y las oportunidades económicas.

«¿Nivelar hacia arriba?», dijo Starmer en la conferencia anual del partido. «Ni siquiera pueden llenarla».
El gobierno se resiste a cambiar de rumbo, porque sostiene que la economía está recuperándose de la pandemia y es hora de cancelar los programas de emergencia.

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