El crecimiento económico de China se desaceleró en el trimestre que concluyó en junio en comparación con el mismo periodo del año pasado, pero aun así tuvo una sólida tasa de 7.9%.
Las cifras dadas a conocer hoy representan un considerable descenso respecto a la enorme expansión de 18.3% del trimestre anterior, la cual se vio magnificada por la comparación con principios de 2020, cuando la economía cerró debido a la pandemia.
El crecimiento entre abril y junio fue de 1.3% en comparación con los tres meses anteriores, lo que refleja un regreso a la normalidad en la actividad manufacturera y en el gasto de los consumidores en momentos en que se reducen los estímulos gubernamentales y las facilidades crediticias.
La manufactura, las ventas de automóviles y el gasto del consumidor han recuperado los niveles previos a la pandemia desde que el Partido Comunista declaró su triunfo sobre el coronavirus en marzo pasado, permitiendo la reapertura de fábricas y negocios.
El gasto minorista ha estado por debajo de las expectativas, lo que provocó que Beijing inyectara la semana pasada dinero adicional a un fondo disponible para préstamos. Sin embargo, el banco central y planificadores económicos aseguran que se mantendrán firmes en sus planes a largo plazo, que contemplan un regreso a las políticas normales.
El Fondo Monetario Internacional y expertos del sector privado pronostican un crecimiento económico de cerca del 8% este año, pero aseguran que el número se reducirá significativamente en 2022.