Por MARCELO R. ANDROETTO
BUENOS AIRES
Agencia (AP)
Boca Juniors recuperó la sonrisa.
Cuatro días después de ser eliminado por Santos en las semifinales de la Copa Libertadores, el «Xeneize» venció ayer 5-3 a Banfield en una definición por penales —luego de un empate 1-1 en los 90 minutos— en San Juan y alzó la Copa Diego Armando Maradona, sumando la estrella número 70 de su rico historial.
Desde los 12 pasos, para Boca convirtieron Carlos Tevez, el colombiano Sebastián Villa, Eduardo Salvio, Carlos Izquierdoz y Julio Bufarini. Para Banfield marcaron Luciano Lollo, Agustín Fontana y Juan Pablo Álvarez, pero Jorge Rodríguez falló su remate.
Un agónico gol de cabeza de Lollo a los 90+6 minutos a favor de Banfield, cuando Boca se encontraba con nueve hombres por la expulsión de Emanuel Mas y la salida por lesión de Diego González, estiró la definición a la tanda de penales, después que un golazo del colombiano Edwin Cardona desde fuera del área pusiera en ventaja al «Xeneize» a los 63.
De esta forma Boca y su técnico Miguel Ángel Russo —quien regresó al club hace 13 meses— obtuvieron su segundo título consecutivo en menos de un año, tras la coronación en la Superliga 2019-2020. Es, además, la 14ta copa nacional en las vitrinas del «Xeneize». En tanto Banfield, un modesto club del sur del Gran Buenos Aires, se quedó con las ganas de conseguir la tercera estrella en su historial.
Después de la debacle en Vila Belmiro, el «Xeneize» recibió duras críticas por parte de los hinchas y la prensa, no tanto por el abultado resultado —Santos ganó 3-0 la serie_, sino principalmente por lo que se entendió como una «falta de actitud». Tras ello, Russo metió bisturí en la formación titular.
Solo cuatro de los inicialistas en Brasil repitieron en San Juan: Esteban Andrada, Izquierdoz, y los colombianos Jorman Campuzano y Villa. Incluso Tevez, emblema e ídolo, hizo banco tras sumarse al plantel un día más tarde, por problemas personales.
Con las modificaciones, Boca mejoró su cara. Si bien padeció su habitual anemia en la generación de fútbol, mostró mayor decisión para ir a buscar el partido. Banfield, un equipo con muchos jóvenes surgidos de las divisiones menores y dirigido por el técnico Javier Sanguinetti –debutante esta temporada-, no logró imponer su juego veloz e intenso.
El «Taladro» pudo haber sentido el peso de lo que estaba en disputa, no solo la corona en disputa, sino también un lugar en la próxima Copa Libertadores (como Boca ya estaba clasificado de antemano, el cupo en el repechaje irá ahora para Defensa y Justicia por su posición en la tabla de la última Superliga).
En tanto, Banfield dirimirá –en fecha aún a definir- un cupo en la Copa Sudamericana 2020 con Vélez Sarsfield, que el sábado se adueñó de la Zona Complementación al vencer 3-1 a Rosario Central.
En el estadio Bicentenario, el partido fue parejo, con pocas situaciones de gol. Hasta que Cardona –gran ausente en Vila Belmiro, donde ni siquiera ingresó como sustituto- se animó a hacer algo diferente, a encarar de izquierda a derecha y a sacarse de encima a su marcador antes de disparar la «bomba» que venció al también colombiano Mauricio Arboleda. El colombiano debió salir de inmediato, lesionado en el abductor de su pierna derecha, tras la ofrenda de su golazo.
La cosa parecía sentenciada hasta esa pelota parada en la que Banfield aprovechó la inferioridad numérica de su rival para estampar la igualdad por intermedio de un especialista en el cabezazo como Lollo. El «Taladro» volvió a ilusionarse con dar el gran golpe. Pero falló desde los doce pasos y Boca no, por eso festejó.