Por Isaac Risco (dpa)
Sochi -Rusia
Dos goles claves para la «canarinha», dos veces mejor jugador del partido. Cuando no está en el campo, dice él mismo, se siente incómodo ante los focos públicos. El hombre más importante para Brasil en el arranque del Mundial de Rusia 2018 no está siendo la superestrella Neymar, sino un futbolista de sonrisa tímida al que de niño su padre tenía que pagarle para animarlo a hacer goles: Philippe Coutinho.
«Con pocas palabras: un crack», dice su compañero Fágner en la concentración de Brasil en Sochi cuando le piden definir al mediapunta de cara al vital cruce del miércoles ante Serbia, en el que Brasil necesita un buen resultado para sellar su clasificación a octavos.
Coutinho fue el gran protagonista de los dos partidos que disputó en Rusia el equipo de Tite, uno de los grandes favoritos al título. En su estreno en el Grupo E ante Suiza, el volante marcó el primer tanto de la «canarinha» en el Mundial, un golazo desde fuera del área con el potente disparo bombeado en diagonal que lleva su marca propia.
Los helvéticos les amargaron después el debut a los sudamericanos al conseguir el 1-1, y cuando la presión aumentaba cada vez más porque Brasil parecía a punto de firmar otro empate en su segundo partido, ante Costa Rica, apareció otra vez Coutinho: el menudo centrocampista marcó en el minuto 91 el vital 1-0 que allanó el camino para la victoria por dos goles de la «verdeamerela».
El jugador gritó eufórico su gol, pero después volvió a su modestia habitual. «Lo importante es el colectivo», subrayó Coutinho, que se acerca con ocho goles a Neymar, con 11 tantos, y Gabriel Jesus, con diez, como los jugadores que más veces marcaron en la era Tite.
En otras épocas la inseguridad parecía ser el principal escollo para la carrera del talentoso jugador natural de Río de Janeiro. Cuando aún jugaba en las divisiones inferiores del Vasco da Gama, su padre empezó por eso a darle una propina extra como una forma de incentivarlo a patear más al arco, recordaba estos días el portal brasileño «UOL».
A sus 26 años, el mediapunta parece tener ahora la confianza necesaria tras pasar por el Liverpool y compartir desde el año pasado vestuario con el argentino Lionel Messi y las demás estrellas del Barcelona.
«Dentro del campo estoy más cómodo que aquí», aseguró el tímido Coutinho cuando el cuerpo técnico de Tite le asignó la tarea de hablar ante los periodistas tras los entrenamientos de la «seleçao» en Sochi. «Siempre dije que no me gusta hablar mucho de mí mismo», comentó, sonriente.
Las buenas actuaciones de Coutinho generaron en los últimos días comparaciones con el histriónico Neymar, que recibió una lluvia de críticas por fingir faltas en el campo, y dio que hablar fuera de él sobre todo por sus quejas y sus peinados extravagantes.
Coutinho, barajado ya como sustituto ideal del astro del Paris Saint-Germain durante la Copa América de 2015, esquiva sin embargo responder a la pregunta de si se ve como posible líder del equipo, cuando se temía que Neymar no pudiese jugar debido a los dolores en el tobillo de los que se quejaba tras el partido ante Suiza.