Sochi, Rusia
DPA

Empujada por la fortaleza de Romelu Lukaku y el contundente debut con victoria por 3-0 ante Panamá, Bélgica aspira a llegar lejos en el Mundial de fútbol de Rusia 2018.

«Queremos estar aquí hasta el final», advirtió el delantero del Manchester United, símbolo de una generación dorada belga que tiene la sensación de que su trabajo está aún por terminar.

En los dos últimos torneos fueron eliminados ambas veces en cuartos de final. En Rusia, Lukaku, Kevin De Bruyne, Eden Hazard y compañía quieren finalmente recorrer todo el camino.

«¿Cuándo es un éxito el Mundial?», se preguntó el arquero Thibaut Courtois. «Pienso que cuando lo ganas», se contestó.

Este objetivo no parece una quimera. Prácticamente ningún equipo está tan bien dotado ofensivamente en el Mundial. El técnico español Roberto Martínez ha dado humildad y un concepto de juego al equipo.

En la punta, además, Bélgica cuenta con Lukaku, uno de los jugadores más efectivos en los últimos metros. Contra los combativos panameños le costó entrar en juego, pero en los momentos decisivos estuvo en su sitio.

Primero culminó un preciso centro de De Bruyne cabeceando a gol en el minuto 69, luego elevó el balón sobre el arquero panameño Jaime Penedo para su segundo tanto en el 75.

«Sabemos que tenemos una calidad increíble», dijo Lukaku, que fue declarado mejor Jugador del Partido. «Ahora tenemos que mirar hacia adelante, pues nos esperan rivales difíciles».

La clasificación para octavos de final, en todo caso, debería ser una pura formalidad. Ante Túnez, el domingo, no se espera nada más que una victoria. Para Lukaku y compañía sería solo otro pequeño paso. No más.

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