Sochi, Rusia
DPA

Las selecciones de España y Portugal abrieron hoy su participación en el Mundial de Rusia con un empate 3-3 en Sochi después de un duelo espectacular que pareció una montaña rusa de emociones y fútbol.

Cristiano Ronaldo adelantó a Portugal (4′) con un polémico penal, Diego Costa igualó (23′) en una espectacular acción individual y de nuevo Cristiano Ronaldo (44′) marcó en un clamoroso error de David de Gea.

Pero el equipo ahora dirigido por Fernando Hierro volteó el marcador con otro tanto de Costa (55′) y otro del defensa Nacho Fernández (58′) antes de que Cristiano Ronaldo sellara las tablas a tres minutos del final con un prodigioso lanzamiento de falta.

Fue un duelo de enorme calidad, sobre todo por parte española, cuya dureza de piel fue puesta a prueba en instantes tan cruciales como el comienzo y el final de la primera parte. Sólo el talento de Cristiano Ronaldo le apartó de la derrota.

Y eso que España empezó el partido tembloroso como una hoja y a los cuatro minutos ya perdía. Cristiano Ronaldo forzó un debatible penal y lo transformó en gol. El peor escenario posible para un equipo con seleccionador nuevo desde el miércoles tras la repetinda destitución de Julen Lopetegui y el mejor para un combinado experto en el arte de defender y salir en velocidad.

Sin embargo, el equipo de Hierro reaccionó con corazón y cabeza. Comenzó a aparecer Isco, también Iniesta, y entonces ya se hizo mucho más reconocible. Pero curiosamente, empató con un gol contrario a su naturaleza.

Fue a los 23 minutos con un balón largo. Lo bajó Costa, probablemente con falta sobre Pepe, y lo que siguió fue una maravilla del delantero del Atlético, el mejor que puede alinear España en punta. Bailó a varios rivales en el área y marcó con un preciso disparo cruzado. Toda una belleza.

Dos minutos después, España pudo voltear el resultado con un violento disparo de Isco que se estrelló en el larguero y luego rebotó en la línea de gol. Y siguieron otros minutos magníficos de España, aunque faltos de premio estadístico.

En el primer tiempo, casi todo lo bueno y por entero lo malo lo hizo España. Como regalar el segundo tanto de Cristiano Ronaldo. Ocurrió en un momento trascendente, un minuto antes del descanso, y nació de un disparo seco pero mal colocado del portugués que contó con la pésima intervención de David de Gea. El arquero puso mal el cuerpo y peor las manos, y lo siguiente que hizo fue sacar el balón de la red. Un golpe durísimo para los españoles por el cuándo y el cómo.

Pero si una certeza ofreció el equipo de Hierro en su debut es que tiene alma además de calidad. Se recuperó del mazazo súbitamente, con sendos goles en los minutos 55 y 58. El primero, con Costa -reivindicativo partido el suyo- al completar una jugada ensayada de los tiempos de Lopetegui. Y el segundo, con un tremendo obús de Nacho Fernández desde fuera del área.

Era el momento de España. Con la autoestima por las nubes después de su «resurrección», se vio un equipo asociativo y generoso ante una Portugal desconectada y que sufría, pero no le alcanzó para la victoria porque en el campo estaba un tal Cristiano Ronaldo. A tres minutos del final, Piqué cometió una falta torpe sobre el astro portugués y éste marcó con un prodigioso lanzamiento. Inalcanzable.

Y así se cerró un duelo de gran altura que los españoles vieron tan perdido como ganado. El resto lo puso Cristiano Ronaldo, quien a sus 33 años sigue en la cima. Él, y sólo él, evitó la derrota de su selección ante una espléndida España.

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