Ciudad de México
DPA

México albergará el Mundial 2026, el tercero en su historia, y aunque esta vez compartirá la sede con Canadá y Estados Unidos, se trata del primer país en ser tres veces anfitrión de la máxima fiesta del fútbol.

México tendrá solo tres ciudades sede para 10 de los 80 partidos de la cita mundial -Estados Unidos albergará el 75 por ciento de los encuentros-, una proporción criticada por muchos mexicanos y que tiene que ver con la infraestructura y la inversión que se necesita para este tipo de eventos.

Pero se trata de otro Mundial de fútbol en tierras aztecas. Ningún otro país ha logrado ser anfitrión de una Copa del Mundo en tres ocasiones y muchos otros no pueden ni aspirar a serlo al menos una vez. ¿Qué hace a México, un país con graves problemas de violencia y narcotráfico, tan especial?

«Los mexicanos tenemos mucha pasión por el fútbol, nos gusta involucrarnos en las Copas del Mundo», dijo hoy Decio de María, presidente de la federación mexicana de fútbol.

Hay quienes aseguran que si el de 2026 fuera un Mundial de 32 países y no 48, México podría haberlo organizado solo, tal como hizo en 1970 y 1986. En ese último, de hecho, tuvo que hacer frente a los severos daños provocados por el fuerte terremoto que sufrió un año antes, pero aun así logró sacar adelante el evento.

El Estadio Azteca, uno de los tres coliseos que conforman la aportación mexicana, podría ser escenario de su tercera inauguración mundialista. Además, ha presenciado algunos de los momentos más emocionantes del fútbol, como el triunfo de Brasil con Pelé en la Copa del Mundo de 1970 y los inolvidables goles del argentino Diego Maradona en 1986.

Junto al Azteca en Ciudad de México (con unas 87 mil plazas), el BBVA de Monterrey (unas 52 mil) y el Akron de Guadalajara (unas 45 mil) son los estadios mexicanos que albergarán 10 partidos de las primeras fases.

La experiencia también pesa. México no solo ha organizado dos mundiales anteriormente, sino que también ha sido anfitrión de importantes torneos internacionales. En 1968, por ejemplo, fue sede de los Juegos Olímpicos, los primeros en realizarse en un país de América Latina.

La Fórmula 1 también ha tenido gran presencia en el país latinoamericano. El Gran Premio de México, que dejó de realizarse en 1992, regresó en 2015 y se convirtió en un gran éxito. Incluso fue reconocido como el mejor evento de Fórmula 1 de ese año por la Federación Internacional de Automovilismo (FIA).

El deporte norteamericano juega también un rol importante en México. La liga de baloncesto de Estados Unidos (NBA), así como la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) han llegado a disputar fechas en la Ciudad de México.

De hecho, el año pasado la NFL anunció que jugará partidos oficiales de temporada regular en el Estadio Azteca, uno por año hasta 2021.

Otro aspecto que influye es la estrecha colaboración para la candidatura entre los Gobiernos de Canadá, Estados Unidos y México, especialmente de estos dos últimos que, irónicamente, desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca han visto aumentar sus diferencias en distintos ámbitos.

El fútbol fue la excepción. Tanto Trump como Enrique Peña Nieto dejaron a un lado las rencillas para apoyar la candidatura tripartita.

De María fue hoy más explícito: «El fútbol mandó otra vez una señal muy poderosa. Pocas cosas como el fútbol pueden unir puntos de vista diferentes, sociedades y países. La pelota vuela por arriba y no hay barreras que detengan la voluntad del fútbol».

Los antecedentes deportivos mexicanos se unen también a su atractivo turístico, un elemento que ni los altos índices de violencia logran empañar, según las cifras oficiales de ingresos y turistas extranjeros que recibe el país y que cada año va en aumento.

Artículo anteriorTrump se anota una victoria con el Mundial de fútbol 2026
Artículo siguienteNeymar, listo para el asalto al trono de Messi y CR7