Por Tatiana Rodríguez
Miami/Albany
Agencia (dpa)

«La vida es mucho mejor ahora», dijo recientemente la estrella del golf y ganador de 14 «majors» Tiger Woods al referirse al momento por el que pasa: no siente dolor en la espalda, mantiene el apoyo de sus fans y está optimista para su regreso de mañana tras 10 meses de ausencia.

«El hecho de que ya no sienta ningún dolor lumbar en comparación con lo que he tenido que vivir por años, es algo simplemente notable», insistió el deportista de 41 años que ha enfrentado en los últimos 12 meses momentos difíciles.

La espalda ha sido el «Talón de Aquiles» del norteamericano. No solo lo ha dejado fuera de varias competencias, sino que además le ha provocado problemas con las autoridades debido a la sobre medicación para mitigar el dolor.

En mayo pasado fue arrestado por conducir en estado de intoxicación luego de ser hallado cerca de su casa en la Florida dormido sobre el volante de su auto.

Cinco medicamentos encontrados en su torrente sanguíneo fueron los causantes del estado de somnolencia. El golfista asumió su responsabilidad y acordó, entre otras cosas, pasar un año en libertad condicional, pagar una multa y los gastos de la Corte.

A raíz del dolor, el astro del golf, quien cayó por debajo de los mejores 1 mil golfistas según el ranking mundial, se ha sometido a cuatro operaciones en la espalda y el mismo número de cirugías de rodilla, ambas partes del cuerpo fundamentales para el desempeño del atleta.

La primera intervención en la espalda fue el 31 de marzo de 2014 y se trató de una microdisquectomía -cirugía que se realiza para extraer la parte herniada del disco que irrita o inflama la raíz nerviosa-. Ese procedimiento se repitió en septiembre y octubre de 2015.

A finales de 2016, nuevamente batalló contra el dolor lumbar y decidió someterse en abril pasado a una cirugía de fusión espinal que se hace para lograr que estén fijos los discos o parte de la columna vertebral y tiene un tiempo de recuperación mínima de seis meses.

Woods está hambriento. No celebra un título desde 2013 y su última conquista en un Major fue en 2008, un año antes de que el mundo conociera detalles de su vida íntima que terminaron con el divorcio en 2010 de su entonces esposa, Elin Nordegren.

La lucha por recuperar el nivel que logró en la primera década del siglo continúa. Con 328 torneos jugados y 79 victorias en la PGA, el «Tigre», como lo apodó su padre desde pequeño, pasó el 2016 sin disputar ninguna competencia y va por la segunda de este año.

Diez meses después del retiro del Dubai Desert Classic y la incertidumbre de no saber cuándo volvería al campo verde, que ha sido por más de 35 años su segundo hogar, el Hero World Challenge de Bahamas que comienza mañana, será la ocasión perfecta para confirmar en 72 hoyos su irrefutable talento.

El torneo de la PGA que organiza su Fundación contará con 18 jugadores, la mayoría de ellos del top 10 del ranking mundial, y le dará la oportunidad de escalar, si logra terminarlo en buena forma, unos 250 puestos en la clasificación, lo cual ya sería para Woods una ganancia.

 

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