Por Noelia Román
Barcelona
Agencia/dpa

Real Madrid y Barcelona regresarán mañana a la Liga española de fútbol separados por un punto de distancia y en circunstancias diametralmente opuestas.

_DEPO28_1BLos blancos, líderes del campeonato doméstico con dos partidos menos que sus rivales (46), lo harán tras dos semanas sin competir por el aplazamiento de su duelo con el Celta en la pasada fecha. Los azulgrana, segundos (45), después de sellar el pase para su cuarta final de Copa del Rey consecutiva en un mal y exigente partido contra el Atlético de Madrid.

Así, con muchos menos días de descanso que su archirrival, pero con el refuerzo moral de poder defender el título de Copa, el Barcelona visitará la cancha del complicado Alavés, precisamente, su rival en la final copera.

Horas más tarde, mucho más aliviado en lo físico y con la posibilidad de haber perdido provisionalmente la cima de la Liga, el Real Madrid chocará en la cancha del Osasuna con el colista del campeonato.

«Llegamos bien porque hemos tenido tiempo para trabajar, pero (el de Osasuna) es un campo muy complicado, jugamos el primero contra el último y eso no me gusta para nada», confesó hoy Zinedine Zidane, entrenador del Real Madrid, aún sin certezas sobre si tantos días sin competir serán buenos para su equipo.

«Es una visita incómoda, te lo confirmo», añadió el técnico francés del Real Madrid, convencido de que el Osasuna «juega bien y en su campo más todavía».

«Es un campo difícil, que siempre nos ha complicado las cosas y no va a cambiar», pronosticó el galo sobre el choque por la vigesimosegunda fecha de la Liga.

Los números del Osasuna, sin embargo, invitan al optimismo blanco: en lo que va de Liga, los ahora dirigidos por el serbio Petar Vasiljevic no han ganado ni un solo partido en El Sadar, donde suman siete derrotas y cuatro empates. Su situación es desesperada.

Zidane, además, tendrá a casi toda la plantilla a su disposición, toda vez que el croata Luka Modric ya está disponible, mientras el galés Gareth Bale afronta la recta final de su recuperación.

Antes de que el Real Madrid, que el próximo miércoles recibirá al Napoli italiano en los octavos de final de la Liga de Campeones europea, salte a la cancha, el Barcelona tratará de presionarlo arrebatándole provisionalmente la cabeza de la Liga con una victoria en la cancha del Alavés.

Será en el adelanto de la inédita final de Copa, que se disputará a finales de mayo. Y para los dirigidos por Luis Enrique, en la revancha del partido de Liga de la primera vuelta, que se llevaron los vascos con un sorprendente 1-0 en el Camp Nou.

«Hemos crecido mucho como equipo desde la victoria que tuvimos ante el Barcelona en el Camp Nou, pero para volver a ganarles se tienen que alinear todos los planetas», señaló hoy el técnico del Alavés, el argentino Mauricio Pellegrino.

«No hay revancha sana, sino que sabemos que es un equipo que ya nos ha metido mano y que nos la puede volver a meter», dijo, por su parte, Luis Enrique.

«El Alavés es, sin duda, el equipo revelación por lo que está haciendo, por cómo lo está haciendo, por sus números, porque tiene un entrenador que está imponiendo su impronta y por sus resultados», añadió el entrenador azulgrana, rendido a su rival.

Duodécimos clasificados, los entrenados por Pellegrino apenas han ganado dos partidos en su cancha en lo que va de Liga, pero suman tres partidos consecutivos sin perder en el campeonato doméstico, sólo han cedido uno de sus 17 últimos duelos y tienen la moral por las nubes, después de clasificarse por primera vez en su casi centenaria historia para la final de Copa.

Los azulgrana pretenden aprovechar esa euforia para sorprenderlos y, de paso, despejar las muchas dudas que su juego ha generado últimamente, justo antes de visitar al Paris Saint-Germain en los octavos de la «Champions».

Ni siquiera el pase a la final copera logrado ante el combativo Atlético pudo esconder el mal juego del Barcelona, que tuvo tremendas dificultades para dar salida al balón, sufrió para enlazar tres pases consecutivos y cometió numerosos errores defensivos.

Luis Enrique atribuyó tanto despropósito, en parte, a la tensión de la Copa y al apretadísimo calendario de los azulgrana.

El entrenador, que mañana no podrá contar con el lesionado Javier Mascherano, confía ahora en que el regreso de Andrés Iniesta y de Sergio Busquets implique una mejoría en el juego.

Un triunfo ante el solvente Alavés daría provisionalmente al Barcelona la cima que el Real Madrid ostenta desde la novena fecha.

El Betis-Valencia y el Athletic de Bilbao-Deportivo de la Coruña son los otros dos partidos que se disputarán mañana. El domingo será el turno de Sevilla y Atlético de Madrid, tercero y cuarto de la tabla, respectivamente.

El Secilla, con 43 puntos, visita la cancha de Las Palmas, mientras que el Atlético, con 39 unidades, recibe en el Vicente Calderón al Celta de Vigo.

“Llegamos bien porque hemos tenido tiempo para trabajar, pero (el de Osasuna) es un campo muy complicado, jugamos el primero contra el último y eso no me gusta para nada”.
Zinedine Zidane, entrenador del Real Madrid.

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