Madrid
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Cristiano Ronaldo cerró un 2016 que no olvidará con una colección de títulos que incluyó una ansiada Eurocopa con Portugal, una Liga de Campeones con el Real Madrid y la distinción individual del Balón de Oro. «Un año perfecto», como él mismo reconoció.

A sus 31 años, el portugués vivió uno de los momentos más álgidos de su carrera con la enorme conquista de su selección. Permanecía abierta la herida de 2004, cuando Portugal perdió la final de Eurocopa como anfitriona por 1-0 contra todo pronóstico ante la débil Grecia para llenar de lágrimas a todo un país. También a Cristiano Ronaldo.

El ajuste de cuentas llegó en Francia 2016 y en unas condiciones improbables. Casi nadie contaba con el equipo de Fernando Santos, y menos después de una fase de grupos en la que cerca estuvo de quedar eliminado. Se lo jugó todo en el último encuentro y fue casi milagroso el empate 3-3 ante Hungría. Cristiano Ronaldo propició el pase con dos goles en la segunda parte.

No se puede decir que fuera una gran Eurocopa de la estrella portuguesa a nivel individual. Llegó con muchos problemas físicos después de una fatigosa temporada con el Real Madrid y pronto se vio que no estaba al cien por cien. Pero ese carácter orgulloso que tiene sí le permitió ofrecer varias apariciones decisivas para su selección. Por ejemplo, en el triunfo 2-0 en semifinales ante Gales, con un primer gol que abrió el camino de la victoria.

La final fue amarga para él. Sólo pudo jugar 24 minutos porque una fuerte entrada del francés Dimitri Payet le provocó un esguince de rodilla. Eso sí, se reservó su cuota de protagonismo con su forma de vivir la final en el banquillo, gesticulando y ordenando. Como si del propio seleccionador se tratara. Exhibicionismo, dijeron unos. Compromiso, defendieron otros.

Con todo en contra, incluyendo la ausencia de su estrella, Portugal fue capaz de desafiar las leyes de la lógica y ganó la final ante Francia por 1-0 con un sorprendente gol del suplente Eder. Suficiente para que Cristiano Ronaldo levantara el trofeo y vengara a toda una generación de futbolistas portugueses.

«Todos los trofeos son especiales, pero me deja un sabor especial la Eurocopa de Portugal porque fue la primera», reconoció el capitán portugués.

Cristiano Ronaldo fue declarado héroe nacional y Fernando Santos reivindicó su figura: «Ha estado fantástico en la selección y estamos muy satisfechos con él. Es un ejemplo para el equipo. Su altruismo como capitán es un ejemplo para la selección».

Antes, el delantero había vivido una temporada muy extraña -y con sorprendente desenlace- junto al Real Madrid. En enero, el equipo blanco era una ruina y el club despedía a un nuevo entrenador, Rafael Benítez, mientras la hinchada convertía en rutina los abucheos a los jugadores y directivos en el Santiago Bernabéu.

La Liga de Campeones le permitió al Real Madrid jugar dos títulos más. Y ganarlos. Ambos, en circunstancias parecidas, llenas de drama, pues se fueron a la prórroga. Fueron la Supercopa de Europa y, ayer, el Mundial de Clubes.

La única mancha que le quedó este año fue su vinculación a un escándalo por un presunto desvío de 150 millones de euros correspondientes a derechos de imagen a paraísos fiscales. Es su momento de demostrar que también sabe defenderse.

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