Río de Janeiro
DPA

Del adiós con gloria de Usain Bolt y Michael Phelps y las lágrimas de oro de Neymar al escándalo de Ryan Lochte y las decepciones de Novak Djokovic y Justin Gatlin: los Juegos de Río de Janeiro dejaron, como es habitual, sus dos caras de la moneda.

La alegría y la tristeza en los Juegos Olímpicos, muchas veces, sólo están separados por centésimas, milímetros y algo de fortuna. Pero en Río también hubo éxitos y fracasos muy contundentes.

LOS GANADORES

USAIN BOLT: Tres carreras, tres oros y otros Juegos perfectos para la superestrella del atletismo. Adorado por el público brasileño, que llenó el Engenhão sólo para verlo a él, Bolt cumplió sin dificultades el objetivo que se había trazado al llegar a Río pese a las dudas por una lesión muscular. Se impuso claramente en el 100, el 200 y la posta 4×100 con Jamaica para enlazar su tercer «trébol» dorado consecutivo, un hito sin precedentes. No pudo batir sus imposibles récords mundiales, pero con sus nueve oros se despide por la puerta grande del olimpismo. «Finally over», dijo arrodillado sobre la pista el atleta que hoy cumple 30 años, quien ya dejó en claro que no estará en Tokio 2020.

MICHAEL PHELPS: A sus 31 años y tras haber regresado del retiro, Phelps tuvo la despedida con gloria que pretendía. El nadador añadió cinco oros más a su colección para extender a 23 su brutal récord de títulos olímpicos y a 28 el total de medallas. Ganó el 200 mariposa, el 200 combinado y los relevos 4×100 y 4×200 libre y 4×100 combinado. Sólo falló en el 100 mariposa, donde se colgó una insólita plata compartida con Chad Le Clos y Laszlo Cseh. Además, se dio el gusto de ser por primera vez el abanderado estadounidense en la ceremonia inaugural. Unos Juegos perfectos después de pasar momentos difíciles con su internación por sus problemas con el alcohol y la exclusión de los Mundiales de Kazán. «Es la manera perfecta de terminar», resumió Phelps, que ahora podrá dedicarse de lleno a su hijo Boomer y su familia. ¿Cumplirá la promesa del retiro?

SIMONE BILES: En sus primeros Juegos Olímpicos, la gimnasta estadounidense de 19 años y 1,45 metros se convirtió en una de las grandes estrellas de Río 2016. Ganó cuatro oros -concurso general individual, caballo de salto, suelo y prueba por equipos- para igualar el récord de la soviética Larissa Latynina, la húngara Agnes Keleti, la checa Vera Caslavska y la rumana Ecaterina Szabo, únicas gimnastas capaces de lograr tantos éxitos en unos mismos Juegos. Sólo se le escapó el triunfo en la barra de equilibrio, donde fue bronce. Con un talento que rozó la perfección, hizo recordar por momentos a la mítica Nadia Comaneci. Además, pudo conocer al actor Zac Efron, uno de sus grandes ídolos, y cumplir el sueño de ser abanderada en la ceremonia de clausura. «No soy el próximo Usain Bolt o Michael Phelps. Soy la primera Simone Biles», afirmó.

KATIE LEDECKY: Phelps atrajo los focos, pero quien voló en la piscina fue Ledecky. La nadadora estadounidense consiguió el triplete dorado que había ido a buscar a Río al ganar el 200, el 400 y el 800 libre, pulverizando sus propios récords mundiales en las dos últimas distancias. Así, igualó el trébol de su compatriota Debbie Meyer en México 1968. A ello sumó un oro más en el relevo 4×200 y una plata en el 4×100. Tiene 19 años y ya posee cinco oros olímpicos -ganó en Londres 2012 el 800 con 15- y seis medallas. «No puedo estar más feliz. Conseguí todos mis objetivos y me divertí mucho», señaló la «teenager». Tras el retiro de Phelps, Ledecky está llamada a ser el nuevo rostro de la natación.

NEYMAR: Fue el gran responsable de la mayor alegría brasileña en Río 2016. Gracias a él, Brasil pudo conquistar por primera vez el oro olímpico del fútbol. Criticado en el inicio del torneo y cuestionada su capitanía, Neymar apareció cuando más se lo necesitaba. Anotó un doblete en la semifinal ante Honduras y en la final con Alemania se vistió de héroe al convertir primero un golazo de tiro libre y luego el tanto decisivo de la tanda de penales. El título fue un inmenso desahogo para la golpeada «seleção» y para Neymar, que lloró como un niño en el mítico césped del Maracaná. «Ahora me van a tener que tragar», dijo desafiante antes de anunciar que devolvía la cinta de capitán.

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LOS PERDEDORES

JUSTIN GATLIN: Eterna sombra de Bolt, Gatlin tuvo unos Juegos para el olvido. El sprinter estaba llamado a ser el gran rival del jamaicano, pero la diferencia de velocidad se hizo evidente. En los 100 metros fue sobrepasado con total claridad por Bolt y debió conformarse con la plata. En los 200 quedó sorpresivamente eliminado en la semifinal y en los relevos 4×100 fue descalificado con Estados Unidos tras haber cruzado la meta en tercer lugar. A sus 34 años, el cuerpo de Gatlin empieza a decir basta. «Mi tobillo me está dando muchos problemas. Estoy feliz de estar aún aquí», señaló el estadounidense, quien además tuvo que soportar algunos abucheos del público brasileño, que censuró su pasado de doping y apoyó sin rodeos a Bolt.

NOVAK DJOKOVIC: Convertido en una máquina implacable de ganar en el circuito, Djokovic dejó Río en medio del llanto. El número uno del tenis sucumbió en la primera ronda ante los derechazos del argentino Juan Martín del Potro, perdió en la segunda del dobles junto a Nenad Zimonjic ante los brasileños Marcelo Melo y Bruno Suares y luego anunció que no competiría en dobles mixtos. Tras conquistar el ansiado Roland Garros, Djokovic buscaba en Río el único título que falta en sus vitrinas. «Hubiera sido uno de los mayores logros de mi carrera», dijo abatido el serbio sobre el oro que no pudo conseguir. «Nole» no pudo darle a su país una medalla que daba por segura y su «maldición» olímpica continuará al menos hasta 2020.

RYAN LOCHTE: Fue la contracara de su amigo y viejo rival Phelps. En lo deportivo, los últimos Juegos del nadador fueron bastante modestos. Ganó el oro en el relevo 4×200, pero en la única prueba individual a la que consiguió clasificar, el 200 combinado, fue quinto. Su paso por Río, en cambio, será recordado por el escándalo que protagonizó fuera de la piscina. Después de una noche de fiesta con sus compañeros, el seis veces campeón olímpico aseguró que había sido asaltado a punta de pistola. Sin embargo, una investigación policial determinó que nada de eso ocurrió y que cometió una serie de actos vandálicos en una gasolinera. Lochte pidió disculpas y admitió haber exagerado su relato sobre la situación, aunque eso tal vez no alcance para evitar una sanción de la federación estadounidense.

«LAS MENINAS DO VÓLEI»: La eliminación del seleccionado femenino de vóleibol en cuartos de final ante China, a la postre campeona, fue una de las derrotas más dolorosas para el público local. Bicampeonas olímpicas, las «musas» quedaron fuera mucho antes de lo previsto y no pudieron dar a Brasil el oro con el que contaban. Aun así, fueron despedidas con una gran ovación en el Maracanazinho. Tras el encuentro, la capitana Fabiana Claudino y la veterana Sheilla Castro anunciaron su retiro del seleccionado. «Acabó el sueño del tri… Hoy es un día muy triste para mí», dijo Sheilla. Brasil tuvo al menos el consuelo de los hombres, campeones hoy en la última jornada.

CHINA: Fueron unos Juegos decepcionantes para China, que por primera vez desde Sydney 2000 terminó en el tercer lugar del medallero. En Río, el gigante asiático acabó por detrás del Reino Unido con 26 oros y un total de 70 preseas, muy por debajo de los 38 metales dorados de Londres 2012 y de los 51 que obtuvo en los Juegos que organizó en 2008. «Debe ser broma, ¿no?», escribió el diario estatal China Daily en Twitter cuando Reino Unido superó a China en el medallero. A falta de oros, los chinos disfrutaron de otras situaciones. Por ejemplo, cuando el clavadista Qin Kai se arrodilló junto a la piscina y pidió matrimonio a su novia He Zi. O cuando la nadadora Fu Yuanhui explicó que no había logrado más que una medalla de bronce porque estaba cansada por la menstruación.

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