Harvard
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La llegada del seleccionado argentino encabezado por el astro Lionel Messi alteró ayer el ambiente de paz que suele reinar en la Universidad de Harvard, una casa de estudios reconocida por sus logros científicos y por haber tenido 157 ganadores del Premio Nobel entre profesores y egresados.

Sin embargo, la esperada llegada de la selección argentina hizo que centenares de hinchas del «soccer» se apersonaran en el campo de entrenamientos de futbol de Harvard, donde el equipo dirigido por Gerardo Martino llegó a su primer entrenamiento de cara al choque de los cuartos de final que tendrá ante Venezuela.

Aunque inicialmente sólo se iba a permitir la presencia de la prensa por 15 minutos, el equipo argentino permitió que se viera toda la práctica, probablemente debido a lo fácil que resultaba «espiar» desde afuera.

Y es que lo único que separaba a la selección argentina del exterior era una cerca de alrededor de 1.90 de altura recubierta con una malla negra, lo que permitió que parte de la hinchada pudiera presenciar de puntillas el entrenamiento o que los niños vieran a Messi y compañía sobre los hombros de sus padres.

El delantero del Barcelona fue, por lejos, el más aclamado por la hinchada, como suele ser habitual, seguido a distancia por Sergio Agüero y Ángel Di María, quien trabajo de manera diferenciada por la lesión que arrastra.

El «Fideo», como se suele llamar a Di María, trotó a media máquina e hizo algunos ejercicios de estiramiento, por lo que ya se menciona la posibilidad de que regrese para el hipotético encuentro de semifinales.

Por su parte, Messi se entrenó con el resto de sus compañeros, aunque un poco separado del lote y casi siempre acompañado de Agüero. El astro del Barcelona y varios compañeros además practicaron remates desde la media distancia y toques en corto.

Después de alrededor de una hora y cuarto, el entrenamiento llegó a su fin y la selección argentina se retiró por una vía distinta a la que había usado para llegar y sin hacer declaraciones.

Pese al buen ambiente notada en el entrenamiento y el buen trato a la prensa, numerosos hinchas, entre ellos varios argentinos residentes en el área de Boston, manifestaron su frustración por haber sido mantenidos a raya y el alejados de su selección.

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