Fráncfort
AP

La investigación independiente encargada por la Federación Alemana de Futbol (DFB) sobre las sospechas en torno a la adjudicación del Mundial de 2006 a Alemania no halló indicios de compra de votos, pero tampoco descartó de plano que hubiera ocurrido.

«No encontramos indicios de compra de votos, pero tampoco podemos descartar categóricamente que hubiera sobornos», señaló hoy Christian Duve, del bufete internacional de abogados Freshfields Bruckhaus Deringer, al presentar el informe.

La investigación sí reveló más pagos dudosos del entonces presidente del comité encargado de organizar la candidatura y posteriormente el campeonato, Franz Beckenbauer.

A principios de la década del 2000, tras la adjudicación de la sede mundialista a Alemania, fueron transferidos pagos millonarios a través de una cuenta del gran ídolo del futbol alemán al bufete suizo de abogados Gabriel & Müller.

A este bufete del cantón de Oberwalden también fluyeron 10 millones de francos suizos que el entonces jefe de Adidas Robert Louis-Dreyfus había prestado a la Federación Alemana de Futbol.

Una suma idéntica fue transferida de Gabriel & Müller a la sociedad Kemco en Doha, Qatar, cuyo único socio era el ex dirigente de FIFA Mohammed bin Hammam, suspendido de por vida por corrupción. Duve dijo que el qatarí negó haber recibido el dinero.

Bin Hammam está bajo sospecha de haber distribuido el dinero entre representantes asiáticos en el comité ejecutivo de la FIFA, encargado de elegir la sede mundialista.

Otras sospechas no confirmadas señalan que el dinero podría haber sido destinado a financiar la campaña de reelección del presidente de la FIFA Joseph Blatter. Esta versión ha sido rechazada por los implicados.

Los abogados de Freshfields destacaron que no pudieron aclarar muchas cuestiones debido a que les faltaron documentos y datos importantes y porque no declararon todos los testigos.

«No pudimos hablar con todas las personas que hubiéramos querido interrogar», dijo Duve. Blatter comunicó a través de su abogado que no quería pronunciarse debido al procedimiento al que está siendo sometido por la comisión de ética de la FIFA. Tampoco fueron interrogados el ex secretario general de la FIFA Urs Linsi y el secretario interino Markus Kattner.

Las pesquisas se centraron en el sospechoso pago de 6,7 millones de euros (7,3 millones de dólares) efectuado a la FIFA en 2005.

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