El español Rafael Nadal celebra su triunfo sobre el serbio Novak Djokovic en los cuartos de final del Abierto de Francia en el estadio Roland Garros en París, el martes 31 de mayo de 2022. Foto La Hora/Thibault Camus/AP

Rafael Nadal se presentó en Roland Garros acompañado de su médico personal con la expectativa de que le ayudara con el dolor crónico que sufre en el pie izquierdo y que ha sido un problema intermitente durante años.

Nadal, como es su costumbre, ha desestimado sus posibilidades de ganar su 14to trofeo en el Abierto de Francia y su 22do título de Grand Slam —cifras que mejorarían los récords que ya posee— y ha dicho reiteradamente que no sabe si cada partido pudiera ser el último de su carrera en París.

Sin embargo, se le vio muy bien de cerca Jugó con su resistencia habitual y su alegría de vivir todo el tiempo.

Más bien como nunca, al imponerse sobre el fav,orito y campeón defensor Novak Djokovic, triunfo que le permitió avanzar a las semifinales de este viernes en el principal torneo sobre canchas de arcilla del que ha sido amo y señor tanto tiempo. El español cumple 36 años el día de su semifinal.

Tras su victoria por 6-2, 4-6, 6-2, 7-6 (4) sobre el serbio a la 1:15 de la mañana, cuando el calendario cambió de martes a miércoles, Nadal se dirigió hacia su palco de invitados en las gradas, mostró una gran sonrisa y se cubrió la cara con sus manos, varios de cuyos dedos estaban encintados.

Nadal dijo que estaba emocionado porque los últimos tres meses y medio habían sido difíciles para él, en referencia a una lesión en una costilla y al problema del pie que le ha limitado el número de partidos y sus horas de práctica en la cancha.

Si vence el viernes al tercer preclasificado, el alemán Alexander Zverev, Nadal podría estar enfilándose hacia la conquista de otro título del Abierto de Francia. Para ganar la final del domingo, deberá superar al campeón del Abierto de Estados Unidos en 2014, el croata Marin Cilic, o al número ocho del mundo, el noruego Casper Ruud, que chocan en la otra semifinal del viernes.

 

Y si se corona, el español sumará a su vitrina los primeros dos torneos de Grand Slam del calendario por primera vez de manera consecutiva.

Aunque tal vez sea difícil de creer, Nadal jamás había llegado ni a la mitad de la ruta que ha recorrido este momento en el año. Su otro título en el Abierto de Australia lo ganó en 2009, pero ese año perdió por primera vez en Roland Garros tras ser eliminado en cuarta ronda por el sueco Rodin Soderling.

El palmarés de Nadal en el Abierto de Francia es de 110-3 (dos de las derrotas ante Djokovic en 2015 y otra hace un año) y se encuentra en su 15ta semifinal aquí.

La perspectiva de saber cuántos partidos más podrá disputar es una situación que ha abordado con la prensa más de una vez en los últimos días.

Cuando le preguntaron tras imponerse a Djokovic qué tanto apoyo le dio la bulliciosa multitud en la Cancha Philippe Chatrier, Nadal dijo que tal vez saben que ya no va a andar por aquí muchas veces más.

Momentos después, al mencionar la presencia de su médico, Nadal dijo que estaba aplicando todos sus recursos disponibles para participar en las mejores condiciones físicas posibles. Señaló que francamente no sabe qué pueda suceder después.

Cuando le preguntaron qué pensaba de como sus problemas podrían afectarle su futuro, Nadal respondió no saber que sucederá después, que tiene el problema en el pie, y que si no le es posible encontrar una mejora o una pequeña solución, todo se le pone muy difícil.

Como sea, Nadal logró ganar dos partidos que duraron más de cuatro horas cada uno, el primero contra el número nueve del mundo, el canadiense Felix Auger-Aliassime, en la cuarta ronda, y el siguiente contra Djokovic.

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