El presidente de la FIFA Gianni Infantino afirmó ayer que el partido entre Brasil y Argentina por las eliminatorias sudamericanas que fue suspendido por cuestiones sanitarias debería definirse en la cancha.
El clásico Brasil-Argentina fue suspendido en septiembre a poco de iniciado el encuentro disputado en Sao Paulo. Funcionarios de sanidad brasileños ingresaron al campo de juego para retirar a tres futbolistas argentinos que supuestamente habían violado restricciones sanitarias por el coronavirus.
Al momento de jugarse el partido, Brasil imponía cuarentena obligatoria a los extranjeros procedentes de Gran Bretaña. Según las autoridades sanitarias brasileñas, Argentina incluyó indebidamente en la delegación a cuatros jugadores que militan en clubes de la liga inglesa — el arquero Emiliano Martínez, el defensor Cristian Romero, y los volantes Giovanni Lo Celso y Emiliano Buendía — y por ello interrumpió el partido para retirarlos del campo de juego.
Argentina reclama que se le de por ganado el partido porque entiende que Brasil no acató el protocolo sanitario definido por la CONMEBOL y la FIFA por el cual se exime a los jugadores de cumplir con una cuarentena en el marco de las competencias de clubes y selecciones.
La comisión disciplinaria de FIFA debe pronunciarse sobre el caso, aunque su decisión podría no tener impacto deportivo. Brasil lidera las eliminatorias con 31 puntos, seis más que Argentina. Los gigantes sudamericanos podrían sellar su clasificación al Mundial 2022 en la doble fecha de noviembre.