La selección de México no descarta tener que disputar sin público su próximo partido por la Copa de Oro por el grito homofóbico, advirtió ayer el presidente de la federación mexicana.
México ya fue penalizado por la FIFA y deberá jugar sin espectadores dos partidos oficiales como local debido a que sus hinchas profirieron el grito durante el torneo preolímpico realizado en Guadalajara en marzo pasado. Los dirigentes mexicanos esperan probables castigos por el mismo motivo en partidos de la Liga de Naciones de la CONCACAF y ahora en la Copa de Oro.
El más reciente incidente se produjo durante el partido contra Trinidad y Tobago el sábado pasado, y que puso en marcha el torneo de selecciones de la confederación regional. Al escucharse el grito en las gradas del estadio de Arlington, Texas, el árbitro ordenó una breve suspensión del duelo que acabó con un empate 0-0.
«Condenamos el grito en su totalidad», dijo ayer el presidente de la Federación Mexicana de Fútbol. Yon de Luisa.
El dirigente señaló en una rueda de prensa que trabajan con la CONCACAF y la empresa Soccer United Marketing -a cargo de la logística del torneo- para evitarlo.
«Hay una opción de jugar a puerta cerrada el próximo partido, no tenemos nada seguro y en las próximas horas tendremos comunicación directa con la CONCACAF», agregó.
México enfrentará a Guatemala el próximo miércoles en el Cotton Bowl, de Dallas.
La expresión que los aficionados lanzan contra los arqueros rivales durante los despejes y que es considerada ofensiva contra los homosexuales, desapareció en partidos amistosos realizados en Atlanta, Nashville y Los Ángeles previo al arranque del torneo regional, pero apareció con fuerza en el estadio AT&T de Arlington el sábado pasado.
En ese mismo escenario ya se había presentado el grito en un amistoso ante Islandia a finales de mayo.
De Luisa dijo que el grito reapareció en gran medida porque la CONCACAF no aplicó los protocolos que ellos usaron junto con SUM, su socio comercial que les organiza los partidos amistosos en canchas de Estados Unidos en los últimos años.
«Me parece que hubo equivocaciones en el manejo del protocolo», dijo De Luisa. «Nosotros hicimos campañas con resultados parciales. En un partido en Dallas ante Islandia se gritó menos que en años anteriores y luego tuvimos resultados extraordinarios en otros amistosos con buena planificación y actividades previas».
El dirigente dijo que se pondrá en contacto con la FIFA para que trate de entender que ni la federación ni el fútbol local tienen que ver con la organización de partidos en Estados Unidos para tratar de minimizar las probables sanciones.
«Entendemos que es diferente ser los organizadores de los partidos como serán los de eliminatoria donde tú eres el responsable a otros organizados por terceros donde podemos organizar cosas, pero no somos los responsables de la ejecución del protocolo como fue el sábado», dijo De Luisa.
De Luisa dijo también que estaba de acuerdo en las declaraciones del delantero naturalizado Rogelio Funes Mori, quien dijo que el árbitro -el costarricense Ricardo Montero- tuvo que ver con los gritos porque tomó muy malas decisiones en todo el encuentro.
«El reclamo de nuestro jugador Funes Mori tiene sustento, y yo me iría más allá porque se tuvo la oportunidad que tuvimos de aplicar el protocolo y no se aplicó o el árbitro no lo supo aplicar. Se tendría que hacer un análisis a conciencia con la comisión de árbitros y hacer lo posible para que eso no suceda», concluyó.