Novak Djokovic nunca se da por satisfecho.
Cuando ganó su primer título de Grand Slam, de inmediato puso como objetivo el segundo. Tras confirmar su excelencia en pistas duras, se enfocó en brillar en el césped y la arcilla.
Cuando empezó a reducir la considerable brecha de campeonatos que le separaba de Roger Federer y Rafael Nadal, Djokovic se puso entre ceja y ceja darles alcance.
Y mírenlo ahora, con 20 trofeos de Slams en su colección, a la misma altura que los otros miembros del club de los Tres Grandes, en virtud de su consagración de Wimbledon tras derrotar 6-7 (4), 6-4, 6-4, 6-3 a Matteo Berrettini en la final.
Así que la pregunta que muchos se están haciendo recientemente gira en torneo al sitial que le corresponde a Djokovic tras su más reciente gesta: ¿Debe ser visto como el mejor tenista masculino de la era abierta?
Y trató de zanjar el tema con humildad: «Pero me siento muy honrado de ser parte del debate».
Desde luego que lo es. Y si bien lo correcto es resaltar a los tres grandes rivales del actual momento, valorar lo que han aportado al tenis, reconocer su grandeza, los que quieren afirmar que Djokovic sobresale más dentro del trío han encontrado argumentos convincentes.
Como están las cosas, Djokovic supera en el historial directo a los otros dos. Es el único que ganado cada Slam en dos ocasiones. Es el único que los ha ostentado los cuatro simultáneamente, lo cual logró al final de 2015 e inicios de 2016. Y es el único en ganar los tres primeros Slams en una temporada; ningún otro hombre lo había hecho desde que Rod Laver arrasó los cuatro en 1969.
Y ahora Djokovic se enfila a Nueva York para el Abierto de Estados Unidos, en agosto, palpitando algo muy especial. Los únicos hombres que completaron un Grand Slam en el mismo año sobre Laver –dos veces en la década de 1960– y Don Budge, en los 1930.
Algo que hace con regularidad.
Nada más fíjense en el panorama de hace una década atrás. En la antesala de la temporada 2011, Federer tenía 16 majors a su haber, Nadal nueve y Djokovic apenas uno.
Rumbo al Wimbledon de 2018 –dos años y resto hace dos semanas –Federer lideraba con 20, Nadal tenía 17 y Djokovic sumaba 12.
Djokovic ahora asegura que ese fue el momento que se puso como meta incrementar su cosecha de títulos en los Slams y de tratar de superar el récord de Federer de más semanas como número uno en los ránkings (lo eclipsó a inicios de este año).
Todo lo que hizo Djokovic fue atrapar ocho de los últimos 12 títulos en las grandes citas.
Así es que acumula nueve coronas en las canchas duras del Abierto de Austrlia, seis en el césped de Wimbledon, tres en las rápidas del US Open y dos en la arcilla roja del Abierto de Francia.
Se avistan más en el horizonte. Djokovic cumplirá 35 años en mayo próximo. Federer llegará a los 40 el 8 de agosto y no tiene definido su futuro tras caer en los cuartos de final en el All England Club y someterse a dos cirugías en la rodilla derecha el año pasado. Nadal ya festejó los 35 y decidió saltarse Wimbledon y los Juegos Olímpicos de Tokio para descansar y recuperarse tras perder ante Djokovic en Roland Garros el mes pasado.
¿Quién se atreve ir en contra de Djokovic ahora mismo?
«Es imposible creerse que le puedas ganarle», dijo Ivanisevic. «Este es un tipo invencible en este momento».