Cincuenta y cinco años después de disputar seis partidos seguidos en el estadio Wembley para coronarse campeones en la Copa Mundial de 1966, Inglaterra podría jugar otros seis en el afamado recinto en la Eurocopa de este año.
Nueva de las 24 selecciones participantes en el aplazado torneo albergarán partido, pero ninguna ciudad cuenta con más partido en el calendario que Londres.
Los tres partidos de Inglaterra en el Grupo D se jugarán en Wembley, y podrían seguir en casa si acaban primero en la zona. Más adelante, podrían viajar a Roma para los cuartos de final y posiblemente volver a Wembley para las semifinales y la final.
Para entonces, las autoridades confían que el mítico estadio podrá abrir espacio para más de un cuarto de su aforo de 90.000 si la situación por la pandemia mejora.
Las restricciones por la pandemia comprometen el factor de la localía, dado que los estadios no podrán llenarse al máximo.
Otros cinco equipos disputarán todos sus partidos de la fase de grupo en casa, incluyendo los tricampeones Alemania y España en Múnich y Sevilla, respectivamente.
Italia y Holanda se quedarán en Roma y Ámsterdam, y Dinamarca jugará en Copenhague.
Los daneses, campeones de la Euro 1992, quieren sacar rédito de su localía para salir vivos de un Grupo B que incluye a Bélgica (semifinalista del último Mundial), Finlandia y Rusia.
Hungría (Budapest), Rusia (San Petersburgo) y Escocia (Glasgow) recibirán un par de partidos de la primera fase en casa, pero ninguno pinta entre los aspirantes al título.
En teoría, las nueve selecciones disponen de cierta ventaja al disputar encuentros en sus feudos.
Los italianos, por ejemplo, abrirán el torneo en el Estadio Olímpico contra Turquía el 11 de junio, para luego medirse contra Suiza y Gales.
Pase lo que pase, ya sea ganar el grupo o quedar segundos, los Azzurri deberán salir del país en la siguiente instancia, por lo que la ventaja que el conjunto de Roberto Mancini pueda tener será efímera y probablemente redundante dada la modesta oposición.
Similarmente, el resto de los anfitriones deberán salir para la fase de octavos, con Inglaterra como la única posible excepción.
La principal diferencia podría darse en el Grupo F, conformado por Francia, Hungría, Alemania y Portugal, considerado como el sector más fuerte de todos los seis en el torneo.
Alemania podría sacarle provecho, al tocarle medirse contra el campeón defensor Portugal y el campeón mundial Francia en la Allianz Arena.
No cabe duda que los anfitriones sacan algún tipo de ventaja en esta clase de torneos, pero nunca se ha disputado uno con una repartición geográfica tan amplia como este.
A todo esto, la localía no es garantía de título.
El último seleccionado en albergar y ganar la Eurocopa fue Francia en 1984, cuando Michel Platini era el patrón del mediocampo y se aburrió de anotar goles.
Otros quedaron cerca, como ocurrió con Francia al alcanzar la final hace cinco años y Portugal en la misma instancia en 2004. Alemania Occidental, Suecia, Inglaterra y Holanda avanzaron a semifinales como anfitriones.
Francia, por coincidencia, también fue el último anfitrión de la Copa del Mundo que pudo consagrarse en casa, en 1998.