Escritor y catedrático universitario
Virginia Woolf es el referente del modernismo vanguardista del siglo XX y del movimiento feminista, nacida en Londres como Adeline Virginia Stephen, el 25 de enero de 1882. Llegó a una sociedad inglesa excluyente dueña del mundo y la verdad, gobernada por los hombres a través de las costumbres radicales y leyes moralistas.
A pesar del ambiente adverso, Virginia estuvo rodeada de la intelectualidad de la época creando una atmosfera liberal y complejo donde se respiraba arte, política, economía y otros temas de interés que fueron consolidando su pensamiento crítico y abierto a la complejidad de dicha época. Independiente de lo anterior le fue negada la oportunidad de ir a la universidad a la cual solo tuvieron acceso sus hermanos, debido a que ella y las mujeres debían quedarse en casa para cuidar de su padre, su educación era por intermedio de un tutor.
La casa de verano de la familia tenía unas vistas impresionantes hacia la playa y el faro, en 1927 publicó su obra Al faro con la colaboración de la ilustración de la portada por su hermana Vanessa, que se le considera introductora del impresionismo en Inglaterra.
La vida de Virginia se puede contabilizar por una serie de eventos que perturbaron su alma en su existencia terrenal como lo fue el fallecimiento de su madre en 1895, situación que provocó su primera crisis depresiva, a lo anterior se une dos años después la muerte de su hermana Stella, los abusos sexuales que soportó de parte de sus hermanastros dieron forma a ese cuadro de desconfianza hacia los hombres y una visión romántica hacia las mujeres. En conjunto todas esas situaciones personales y la percepción de su vida dieron forma a su depresión permanente que la llevó antes de los veintitrés años a su primer intento de suicidio.
Las crisis se prolongaron y se agudizaron con el fallecimiento de su padre en 1905, provocando su ingreso a una institución psiquiátrica. Ella y sus hermanos Vanessa y Thoby se trasladaron a Bloomsbury el cual se convirtió en un punto de reunión de la élite de británicos iniciando con ello lo que se conocería como el Círculo de Bloomsbury. Las reuniones que se realizaron en aquella época abrieron un nuevo horizonte para Virginia y de pronto se vio rodeada de ideas contundentes y variadas de la igualdad, el feminismo, la aceptación de la homosexualidad y la bisexualidad, el amor por el arte, el pacifismo y el ecologismo según afirman sus biógrafos y críticos.
A pesar de sus fases depresivas y un severo trastorno bipolar encontró el amor en 1912 y se unió en casamiento con el político, escritor, editor y exfuncionario público, Leonard Woolf. En sus primeros años de matrimonio sufrió los trastornos más graves que la encaminaron a un nuevo intento de suicidio ingiriendo veronal.
Luego de sus crisis logra un gran éxito con la publicación de la novela La señora Dalloway, obra que relata un día en la vida de una londinense llamada Clarissa, de buena posesión económica, casada con un diputado conservador y madre de una adolescente. La trama se da en una mañana de 1923 y termina en la noche. Lo imprevisto es el suicido de un joven que retorna de la guerra con ciertas perturbaciones mentales. Lo curioso de la obra es el estilo de contar la historia, son los protagonistas desde la intimidad de su ser. En ese mismo año conoce a la escritora Vita Sackville-West con la que desarrolla una relación amorosa y mantendrían amistad a lo largo de su vida.
El éxito de Virginia es innegable y se debe a la voz que les da a sus personajes desde la profundidad de esos seres imaginados impregnados de depresión y escepticismo encaminados al suicidio. Si algo aterraba a Woolf era la soledad debido a que su autoflagelación mental la invadía de culpa.
A consecuencia de sus etapas críticas varios médicos recomendaron evitar la escritura que en ella generaban ansiedad e inestabilidad, pero ella se negó a seguir esas recomendaciones y siguió escribiendo a pesar de periodos de inactividad, lo cual permitió dejar una producción asombrosa, extensa y única.
La escritura, fue en sí el salvavidas de Virginia en el mar embravecido de su ser que con el pasar del tiempo se fue enconando con la existencia misma. Un episodio brutal se da en el momento de verificar la infidelidad de Vita con Mary Campbell en verano de 1927, lo cual le destrozo el corazón, provocando una ira colosal que desemboco con una fuerza increíble de agudez literaria llegando a escribir y publicar Orlando, obra a semejanza de una biografía de un ser transgénero que dio vida en la narración de la vida ficticia de Vita Sackville-West.
Orlando, es para Nigel Nicolson como una “carta de amor encantadora”, para otros críticos de literatura inglesa es una venganza de Virginia por el comportamiento infiel de la mujer que la excitaba y al mismo tiempo la rechazaba. La novela fue escrita en un ataque de celos de Virginia que, no podía competir con la juventud de la rival y los deseos de su amante.
La estructura de dicha novela es irónica y está diseñada supuestamente como una biografía, pero es en realidad una antinovela de los vericuetos de las decisiones y vida de Orlando, que a la mitad del relato sufre la transformación en mujer. El diseño de la trama es inusual es la existencia de Orlando a lo largo de 400 años, comenzando en la adolescencia
de Orlando a los diez siséis años en el reinado de Elizabeth I y terminando el relato en 1928, cuando alcanza la madurez al sobre pasar los treinta años.
Virginia crea a Orlando masculino, luego lo castra y usa al personaje para jugar con la mente de los lectores al cambiar de genero a su protagonista y cambiar de identidad sexual en un mismo hilo conductor de venganza desgarradora que adereza su pluma al verse traicionada. El deseo de venganza es segador para el verdugo literario, castigar al que ha causado daño, sin excusas, ni pretextos.
El 28 de marzo de hace ochenta años atrás Virginia se puso el abrigo, llenó los bolsillos de piedras y se adentró en el río Ouse, dejándose llevar por la corriente. Antes del suicidio dejó dos cartas, una para su hermana Vanessa y otra para Leonard Wolf su marido, Las personas más importantes de su existencia terrenal. Su cuerpo fue encontrado tres semanas después, su esposo hizo incinerar sus restos y sus cenizas fueron esparcidas en el jardín de La Casa del Monje, su propio hogar.
Virginia aseguraba: ¿No debería la educación buscar y fortalecer más bien las diferencias que no los puntos de semejanza?
PRESENTACIÓN
Rendir homenaje a Virginia Woolf es un acto de justicia hacia una escritora ícono del movimiento por la libre expresión del pensamiento. Su vida, más allá de lo literario, constituyó el ejemplo de la intelectual crítica, siempre en movimiento en su ánimo por reclamar derechos de igualdad en la sociedad pacata que le tocó vivir.
Sus contemporáneos, rendidos al conjunto de sus novelas, apenas reconocieron, cuando no, ignoraron, lo que Woolf con su discurso y su vida solicitaba a la mojigatería inglesa, a sus autoridades, en favor del trato justo con las mujeres de su tiempo. Solo los años han permitido la hermenéutica ajustada de sus libros y el valor del testimonio de su lucha.
Quizá la rebeldía natural de Woolf junto a una sensibilidad poco común, expliquen su pasión por la vida, el frenesí y la conciencia gestada fuera de la moral convencional. En ella privaba la intuición de que lo valedero y lo justo constituían una conquista, de suyo al margen del discurso social. Prueba de ello es la pregunta que recoge nuestro texto de ella, “¿No debería la educación buscar y fortalecer más bien las diferencias que no los puntos de semejanza?”
Le invitamos a leer nuestra edición, en busca del solaz y la afirmación de lo lúdico, pero, sobre todo, el interés por la comprensión más amplia del misterio de la vida. Nuestra convicción consiste en reconocer los diversos caminos que presentan los saberes, válidos para arribar a lo bello, la verdad y lo que trasciende lo efímero y lo falaz. Feliz lectura y hasta la próxima