Por JOCELYN NOVECK
NUEVA YORK
Agencia (AP)
El revuelo anual por la gala llena de celebridades del Met es tan intenso que a veces se olvida quién es la verdadera estrella: la exposición de moda en el interior del museo.
Pero este año esa es la única luminaria. Una estilosa exhibición del Instituto del Vestido en el Museo Metropolitano se inauguró seis meses después de lo planeado, pero ¿qué son seis meses si estamos hablando de 150 años de moda?
Y ese es el punto de la exposición «About Time: Fashion & Duration», que estará abierta al público hasta el 7 de febrero, la cual explora el concepto de la moda a través del tiempo. El tiempo es un concepto flexible, afirma la muestra. No es lineal, por lo menos no en la moda. Las ideas resuenan a lo largo de décadas e incluso siglos.
Ese es el concepto central de la muestra, tradicionalmente realizada con la Gala del Met en mayo, la cual se aplazó por la pandemia que ha cambiado todo, incluyendo nuestra idea del tiempo. O ¿no has escuchado varias veces que alguien te pregunte el día y el mes en el que estamos?
Así que el hecho de que «About Time» se pudiera siquiera inaugurar es motivo de celebración. Como lo dijo el director del Met, Max Hollein, al abrir la muestra: «No podíamos haber imaginado, cuando elegimos el nombre de esta exposición hace más de un año, lo apto que sería el título».
Claro que todo es diferente este año. En vez de hablar en persona en el recorrido de prensa anual, Hollein y el curador Andrew Bolton hablaron virtualmente y con cubrebocas en declaraciones pregrabadas. El tamaño del público está siendo restringido y siguiendo las indicaciones para museos, lo cual podría ser incluso positivo para poder disfrutar mejor la experiencia.
Visualmente la exposición es concisa, más pequeña que las extravagancias recientes como la opulenta «Heavenly Bodies: Fashion and the Catholic Imagination». Casi cada uno de los vestidos en la muestra es negro, fuera de algunos blancos o crema. En vez de ser una colección de piezas prestadas de todo el mundo, la exposición consiste casi completamente de objetos de la colección del instituto.
El diseño de la muestra, creado por Es Devlin, busca expresar el funcionamiento interno y externo de un reloj. Hay dos relojes, dos galerías y dos líneas del tiempo. Una es cronológica, comienza en 1870, cuando se fundó el museo (que este año llega a su 150 aniversario). La otra es lo que Bolton califica como «una línea del tiempo interrumpida de la moda» que involucra saltos en el tiempo hacia atrás y hacia delante o «interrupciones».
La «narradora fantasma» de la exposición es Virginia Woolf, autora de «Mrs. Dalloway», algunas de sus obras son leídas en voz alta por Nicole Kidman, Meryl Streep y Julianne Moore, quienes protagonizaron la película «The Hours» de Michael Cunningham basada en esa obra de Woolf en 2002.
Las piezas de ropa están colocadas en 60 pares, cada uno con una pieza de la línea cronológica y otra de la interrumpida. Lo que muestran es que las ideas, formas, técnicas y materiales constantemente hacen referencia al pasado (o se proyectan al futuro) a lo largo del tiempo.
Uno de estos pares, por ejemplo, es un vestido negro de gala futurista de Iris van Herpen de 2012, creado con impresión 3D que parece una criatura acuática muy chic, colocado junto a un vestido de gala clásico de Charles James de 1951 con formas abombadas crecientes en seda color crema, los cuales tienen esencialmente la misma forma.
Un vestido de satén y gasa de seda de 1919 con la llamada «falda de barril» por su forma, está acompañada por un vestido con una exagerada forma de barril de Rei Kawakubo para Comme des Garcons de 2012-2013 realizado en un material radicalmente diferente: fieltro de poliéster con lentejuelas.
Y un vestido plisado de seda negra de los años 1930 del diseñador español Mariano Fortuny está yuxtapuesto con un vestido en tafeta y pliegues en forma de acordeón llamado «platillo volador» de Issey Miyake creado en 1994.
El mundo de la moda, al igual que muchas industrias, ha sido afectado duramente por la pandemia. Pero en sus declaraciones virtuales, el diseñador Nicolas Ghesquiere, director creativo de Louis Vuitton, una de las casas patrocinadoras de la exposición, hizo referencia a uno de los posibles aspectos positivos: «La pausa que la pandemia ha impuesto en muchos de nosotros también ha creado un cierto espacio para reflexionar donde estamos y hacia dónde vamos», dijo. «Incluso en los tiempos más turbulentos, el arte, la moda y la cultura nos pueden ayudar a navegar, cambiar y enfocar cómo vemos el mundo nuevamente».
La muestra termina con una pieza en solitario, de los diseñadores Viktor & Rolf, un vestido blanco de parches hecho con piezas de su archivo de telas. Es una metáfora, dijo Bolton, «sobre el futuro de la moda y la importancia de la comunidad, colaboración y sostenibilidad».