Enán Moreno
Escritor y académico

Con mucho interés he leído La última y nos vamos, libro de entrevistas que reúne las preguntas del autor y las respuestas de veintidós escritores: Stephen Vizinczey, Nadine Gordimer, José Saramago, Octavio Paz, Günter Grass, Guillermo Cabrera Infante, Francisco Umbral, Carlos Fuentes, Juan Gelman, Sergio Pitol, Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Arturo Pérez-Reverte, Fernando Vallejo, Rafael Ramírez Heredia, Paulo Coelho, Mario Monteforte Toledo, Carlos Illescas, Raúl de la Horra, Francisco Pérez de Antón, David Unger y Andrés Neuman.

La entrevista, además de ser una técnica para obtener información, es conjugación de los verbos preguntar y responder en tiempo presente. La entrevista puede ser un juego o un duelo entre el entrevistador y el entrevistado; si duelo, palabras en metáfora de espadas: el amague, la finta o la estocada. Pero más allá de esto, fue Augus(ti)to Monterroso quien dijo que la entrevista es el único género literario aportado por el siglo XX, género que José Luis Perdomo ha hecho suyo, cultivándolo a su manera.

¿Cuál vale más en la entrevista, la pregunta o la respuesta? En ocasiones hay una correspondencia feliz, y surge la frase, la idea o el conocimiento. Alquimia de doble palabra, conseguida mediante la pregunta precisa -oportuna en el instante y exacta en la forma- y la respuesta iluminada: tan original como reveladora. Preguntas que extraen y rescatan las respuestas que, de no ser así, se hubieran perdido en la oscuridad o el olvido.

En el mejor de los casos, la entrevista debe ser un diálogo genuino: el entrevistador debe ser sincero y auténtico el entrevistado. Un acto de honestidad. Porque el ejercicio de la entrevista puede, también, convertirse en fingimiento, en teatro, en vitrina o en marco publicitario para exhibir al personaje.

De José Luis decía al principio que cultiva a su manera la entrevista; ha creado su estilo. Antes de abordar al entrevistado ya lo conoce, pues ha indagado acerca de él y su contexto histórico y literario y, sobre todo, ha leído sus textos, eligiendo los aspectos e ideas que, en el momento oportuno, servirán para la formulación de preguntas, comentarios o señalamientos. Si es necesario, utilizará citas textuales, enfrentando así al entrevistado con sus propias palabras, obligándolo a verse reflejado en el espejo de su texto, lo cual, en ocasiones, equivale a ponerlo entre la espada y la pared. Así, con sus cartas o herramientas, José Luis puede dialogar, condescender, sorprender, cuestionar, confrontar, irritar, fustigar. Quien esté dispuesto a ser entrevistado por José Luis Perdomo debe tener en cuenta lo señalado, pues, en cualquier momento, a la pregunta amable o acariciante puede seguir la pregunta convertida en banderilla.

De los entrevistados, tomo para mí (y las comparto) algunas frases o respuestas.

Octavio Paz:

En realidad, originalidad quiere decir vuelta a los orígenes. (p. 61), Creíamos que el mundo era un depósito de bienes y energía inagotables; ahora sabemos que los recursos del planeta son finitos. (p. 63), En realidad, todas las artes, principalmente la pintura y la novela, están sometidas a las leyes del mercado. (63), Los textos mayas no son puramente poéticos: son textos cosmogónicos y religiosos. (68).

Carlos Fuentes: Mi patria es el idioma español. (p. 123).

Juan Gelman:

La poesía debe controlarlo a uno, hay que dejar que la poesía lo escriba a uno, y no al revés.), …la única patria verdadera es ésa, la lengua de uno, que en definitiva es la que a diario nos acuña el ser. (136), Y quiero aclarar que cuando digo “realidad” me refiero a todo lo que es, todo lo que no es, todo lo que pudo ser y no fue, y eso está lleno de enigmas, lleno de misterio. (139), Por lo demás sospecho que poesía y mística tienen una dimensión común que es el éxtasis, experiencia que se cumple en el silencio y se completa en la escritura. (144), …apostar al cambio nunca es inútil. Claro, hay que saber apostar. (147).

Eduardo Galeano:

Si en el zoológico humano los escritores tuviéramos una jaula, sería la de los pavorreales. (173), Cada vez se me hace más difícil encontrar las palabras que de veras se parecen a las cosas que quiero decir. (173), …, y el tiempo es también una mercancía, una cosa que se pierde o se gana, se dice “perder el tiempo, ganar el tiempo”. (177).

Fernando Vallejo o su personaje Fernando, en La Virgen de los sicarios:

El libre albedrío es un espejismo. (201), Salvo morirse, todo en la vejez es impropio. La vejez es indigna, indecente, repulsiva, infame, asquerosa, y los viejos no tienen más derecho que el de la muerte. (209).

Andrés Neuman:

Es que la modestia es una de las mayores vanidades que hay. (322), Además, me parece que el placer y el entretenimiento es uno de los objetivos de la literatura. La gran pregunta es si es el único. (325).

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JL Perdomo Orellana: La última y nos vamos. Magna Terra Editores, Guatemala, 2010.

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