La desgracia

«Yo era un hombre bueno, si hay alguien bueno en este lugar, pagué todas mis deudas,
pagué oportunidad de amar.»
El fantasma de Canterville, Sui Géneris

Sueños bruscos que te atropellan,
arcadas vacilantes que te ronronean la garganta,
aire insuficiente como antepenúltima exhalada de cien metros planos,
subterfugios insospechados
para sobrepasar ilesos el día y la noche,
angustia desmedidamente angustiante por sabernos inmortales,
no enfermos
para resguardarnos como inermes ratas temerosas en nuestro escondite:
repaso la lista de contagiados mundial, repaso la lista de muertos mundial: números,
nombres y apellidos, familiares y amigos, personas, etc.,
¿pero desde cuándo tanta psicosis /
tanta bulla de tsunami atroz por la muerte?,
¿es impulso vital?,
¿es un deseo indeseado?,
¿es una variable indispuesta por la naturaleza?
La jugada a los dados es inevitable, así como el que gana,
el que pierde, el que se salva,
el que verá rodar su cabeza
de camino a un tortuoso cadalso con un fin indeterminado: la soledad vaporosa nos corroerá
con delicia el cristal de nuestros nervios,
no hay vuelta atrás más que vivir con el virus, diría my Lord,
somos víctimas siempre:
del sistema y su dinero, del hambre y su dinero,
de la incertidumbre por falta de dinero,
de los corazones ingratos y su indiferencia por falta de dinero,
de la enfermedad universal
para batirnos en una batalla más en medio de la guerra, cuerpo contra pecho viendo el cielo azul de la borrasca inmediata,
el silencio de una desdicha,
la palabra sonámbula del eco inconmovible en un jardín sin flores
como un mínimo desierto inmaculado
con la cara de dios susurrándose al oído que el tiempo pasará,
sí,
sabés cuándo,
el tiempo pasará porque somos efímeros
y nosotros martirizándonos por el porvenir a pesar de que el mundo y el universo son tan amplios /

extravagantes / vacilantes / irresolutos /
indecisos como el océano vasto en su inmensidad y perpetuos sin más ni menos que el espacio entre vos y yo en una almohada:
Yo era un hombre bueno,
si hay alguien bueno en este lugar / pagué todas mis deudas,
pagué oportunidad de amar.

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