Por: José Arturo Monroy
El libro Introducción al estudio de Grecia, de Alexander Petrie es una joya entre los breviarios del Fondo de Cultura Económica, útil para estudiantes de educación diversificada, para el universitario de primer ingreso y para egresados con experiencia en el campo de la docencia en los cursos de Literatura o Historia. Abarca desde la formación de la Grecia Primitiva (4000 – 1550 a.C.) hasta la irrupción del Imperio Romano (146 a.C.), haciendo énfasis en los sucesos de mayor relevancia y desarrollándolos a través de breves descripciones ilustrativas.
Desde las migraciones de las tribus del noroeste —o la Edad de Bronce que Homero retrata en sus legendarios hexámetros— hasta lo que hoy se conoce como Grecia, desde el arraigo y rápido crecimiento ultramarino a causa del comercio, al desarrollo de Esparta y Atenas, con sus múltiples conflictos y acuerdos, sus reformas monárquicas y estatales con sus tiranías efímeras y prolongadas, así como también de la invasión persa, a la destrucción de Atenas y la expulsión de los invasores. El libro relata todo desde una perspectiva equilibrada.
Un aspecto clave en el recuento histórico es el desglose temático que atiende a un orden cronológico. Cada episodio se titula por el suceso de mayor relevancia que va a ser tratado y, bajo este título, se da una fecha y a su vez el recuento de hechos, de un punto al siguiente. Petrie casi relata año por año los cambios, progresos, adversidades, en resumidas cuentas, el desarrollo de los hechos de los pueblos que hicieron posible la aparición de la cultura griega y que, en la actualidad, tenemos la oportunidad de reconstruir a través de la lectura.
Después del contexto y recuento histórico, Petrie hace una exposición referente a la Constitución Ateniense y opta por centrarse en esta ciudad, tratando los siguientes temas: Las finanzas, la guerra en tierra y en el mar, el calendario griego, la moneda y la economía, la vida privada de los habitantes, las festividades religiosas y la producción literaria.
El apartado referente a la literatura griega resulta de particular interés para el estudiante de Letras de las distintas universidades guatemaltecas y mesoamericanas, debido, nuevamente, a la riqueza de contenido en cada párrafo, el manejo de ideas y la forma sencilla y clara con que desarrollan punto por punto las etapas del corpus literario griego. Como lector, encuentro curioso el empleo de los vocablos de Petrie para referirse a los grandes poemas homéricos, describiendo a La ilíada como “epopeya marcial, rápida y vigorosa en su acción” y a La Odisea como “más tranquila y casera”, comentario que brilla por la fina ironía que encierra, pues si bien la obra denota un carácter más reflexivo, Ulises no arriba a Ítaca sino hasta los últimos cantos del poema. Resalta posteriormente el hecho evidente de que La Odisea, es muy posterior a La Ilíada.
Si bien la lectura del texto resulta enteramente cómoda y agradable por la forma en que Petrie logra sintetizar la historia, es necesario complementar el estudio con textos aledaños que logren desarrollar con mayor profundidad temas específicos y sucesos más complejos, como el desarrollo de la Democracia y el gobierno de Pericles. Con las lecciones de Petrie es imposible no llegar, tarde o temprano, a la proeza intelectual de Werner Jeager, publicado también por el Fondo, con el título Paideia: los ideales de la cultura griega.
La Introducción al estudio de Grecia es una sabia compañía, junto a la relectura de La Ilíada, La Odisea, La Teogonía y las Tragedias, ya que, gracias a su carácter sintético y concentrado, es la mejor fuente de consulta a la hora de corroborar datos de las obras literarias y la realidad que nos presentan. Sin duda, el rescate y traducción de esta obra por parte del Fondo de Cultura Económica y Alfonso Reyes —el hábil traductor— es un aporte valioso para quienes buscan conocer los arcanos de aquella gran cultura que ha perdurado a lo largo de los siglos.
Tríptico, de Carlos Solórzano
Ensayo, narrativa y teatro de Carlos Solórzano: Teatro latinoamericano en el siglo XX, ensayo exhaustivo de la dramaturgia latinoamericana contemporánea; la novela Los falsos demonios, y cuatro piezas teatrales, en donde aborda de diversas maneras la pérdida de valores de la sociedad actual. Carlos Solórzano es uno de los dramaturgos más influyentes en el teatro contemporáneo de América Latina. Aquí se recogen varías de sus obras, en las que podemos observar una muestra -tanto teórica, con sus ensayos, como práctica, en sus piezas teatrales- de su conocimiento sobre el teatro y la dilección que éste ha tomado en la actualidad.
Tonantzin Guadalupe, de Miguel León-Portilla
Además de la trascripción del texto, León-Portilla nos ofrece un estudio minucioso del «Nican mopohua», una de las vastas composiciones indígenas que con mayor detalle y belleza refiere la aparición, mensaje y milagros de Tonantzin, «Madre de todos los dioses» en el cerro del Tepeyac hacia el siglo XVI. Miguel León-Portilla (México, 1926) Historiador y antropólogo mexicano estudió en la Universidad de Loyola, en Los Ángeles, California, donde obtuvo un grado en artes en 1951. En 1956 recibió el doctorado en filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Falleció el 1 de octubre de 2019.
El cristal con que se mira, de Alicia Molina
Emilia tiene problemas de audición, por lo que continuamente se aísla en su mundo de silencio; Diego desea conocer a su padre, e inicia su búsqueda; mientras que Andrea debe descifrar por qué la relación con su madre se ha vuelto tan tirante que resulta imposible la comunicación entre ellas. Todos ellos nos enseñarán cómo vive un niño con discapacidad entre los demás niños y cómo, en realidad, entre ellos no existen los prejuicios.